El Sistema de las Naciones Unidas  en República Dominicana  se une a la celebración del Día Internacional por los Derechos de la Mujer, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1977, con el ánimo de reafirmar nuestro compromiso con la igualdad de género y los derechos de las mujeres dominicanas.

Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, pueden contemplar una tradición de un siglo  de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.

En este contexto es  importante valorar los avances del país, la Estrategia Nacional de Desarrollo hasta 2030 es el signo de la voluntad de trabajar hacia la igualdad de género, ya que ésta figura como uno de sus cuatro ejes transversales. El Plan Nacional de Igualdad de Equidad de Género 2007-2017, impulsado por el Ministerio de la Mujer, así como la inclusión de la igualdad de género en los planes sectoriales (salud, trabajo y competitividad, educación, ciencia y tecnología, comunicación, y justicia) son otros instrumentos alentadores.

Sin embargo, si bien se han logrado enormes progresos, Republica Dominicana tiene ante sí importantes  retos para lograr la igualdad entre hombres y mujeres: la violencia contra las mujeres, cuyo máximo exponente es el feminicidio; la prevalente brecha salarial entre hombres y mujeres; el alto índice de embarazos adolescentes; la elevada tasa de mortalidad materna; la creciente incidencia del VIH-SIDA en las mujeres dominicanas y la todavía limitada representación política de las mujeres  son algunos de ellos.

Este año queremos hacer especial hincapié en las disparidades y los obstáculos más importantes para las mujeres y las niñas en las áreas rurales. Ellas representan una de cada cuatro personas en el mundo. Trabajan largas horas con poco o ningún salario y producen una gran proporción de los alimentos que se cosechan, especialmente en la agricultura de subsistencia. Son agricultoras, micro-empresarias y líderes y sus contribuciones mantienen a sus familias, sus comunidades, sus naciones y a todos nosotros.

Dar a las agricultoras el mismo acceso a los recursos que a los hombres  reduciría entre 100 y 150 millones las personas con hambre. Si se diesen ingresos, derechos a la tierra y créditos a las mujeres, habría menos niños y niñas desnutridos. Abrir las oportunidades económicas a las mujeres haría aumentar el crecimiento económico y reduciría la pobreza considerablemente.

Cuando las niñas tienen igual derecho a la educación,  cuando las mujeres, los hombres y los jóvenes pueden reivindicar su derecho a la salud sexual y reproductiva, nos aproximamos a la igualdad. 

Cuando las mujeres y las parejas pueden planificar sus familias y equilibrar el trabajo con la vida en familia, de acuerdo a sus aspiraciones, ampliamos la igualdad de oportunidades.  Cuando una mujer embarazada ya no teme perder su trabajo y cuando la maternidad ya no es una fuente de discriminación en el empleo, promovemos la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

Cuando las mujeres y las niñas disfrutan de una vida libre de violencia, cuando   las niñas están educadas, disfrutan de buena salud y pueden evitar el matrimonio precoz, el embarazo no deseado y el VIH, y cuando las mujeres ejercen su liderazgo y participan en todos los espacios  de toma de decisiones aportando sus puntos de vista ,  contribuyen  plenamente al desarrollo de la sociedad. 

Las Naciones Unidas hacen un llamado para que se continue avanzando para que las mujeres dominicanas alcancen sus aspiraciones y disfruten de condiciones de igualdad  y reitera su compromiso con la igualdad y los derechos de las mujeres.