Especialista advierte pueden ocurrir nuevos derrumbes en la Zona Colonial

Especialista advierte pueden ocurrir nuevos derrumbes en la Zona Colonial

Tras la caída parcial del Hotel Francés en la Zona Colonial, podrían ocurrir nuevos derrumbes en la primera ciudad del nuevo mundo, ahora intervenida bajo la coordinación del Ministerio de Turismo y con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), según explica el arquitecto Pedro Mena.

«El derrumbe del Hotel Francés no es un caso aislado, otras edificaciones corren peligro y eso es lo más importante», dijo Mena, entrevistado por Millizen Uribe, Guillermo Peña, Dania Batista, Carlos Pimentel y Jhonatan Liriano, en el programa La República Radio, que se transmite de lunes a viernes, de 6:00 a 7:00 de la mañana, por La Nota 95.7.

Entre las estructuras en peligro, el especialista citó una edificación privada ubicada al lado del Hotel Francés, de tres niveles, cuyos cimientos estarían seriamente afectados por el trabajo que se hizo. Además, la Iglesia de La Altagracia, edificada sobre las ruinas de mampostería de lo que fue el Hospital de San Nicolás de Bari y que contiene la única capilla original de ese complejo, incorporada a una iglesia del siglo XX, de hormigón armado.

«Se comenzó a hacer un trabajo en toda la Zona Colonial para remozar, con un préstamo del BID y alguien, un profesional que no ha dado la cara, que no ha dado su nombre ni ha dado su explicación, tomó la decisión de sustituir todas las infraestructuras de la calle, es decir, quitar todas las alcantarillas sanitarias, pluviales, acueducto, tendido eléctrico para soterrar todo de nuevo», indicó.

En ese sentido, Mena señaló que lo correcto era hacer una zanja entibada en el centro de la calle, es decir, con protecciones para evitar derrumbes y colocar toda la infraestructura. «Pero no se hizo eso, se removió todo el terreno de la calle, de fachada a fachada, arrancaron con máquinas modernas un suelo que estaba estabilizado durante cinco siglos y sometido a las presiones de los cimientos que se fueron construyendo durante cinco siglos».

Declaró que con eso los responsables estaban buscando hacer volumen de obra, mover mucho terreno, mover mucho material, botarlo y luego sustituirlo por material nuevo. «Arrancaron los adoquines que se colocaron en el año 92 para el V Centenario, que estaban en perfecto estado y que son de 10 centímetros. Cualquiera puede ir ahora al Monumento a Montesinos a ver los adoquines arrancados en perfecto estado, convertidos en una montaña de escombros», indicó.

Explicó que luego van colocando las infraestructuras y finalmente colocan un material granular que tiene problemas de compresión. «Un terreno arcilloso, un terreno calizo, caliche, como decimos los dominicanos, usted lo puede apretar lo puede comprimir, pero el material granular (arena, gravilla), tiene dificultades de compresión y para poderlo comprimir es más caro, por eso lo colocan. Se necesita entonces utilizar la vibración mecánica, rodillos vibradores que provocan una especie de mini sismos», lo que afecta a las edificaciones antiguas.

«La utilización de esas máquinas que provocan vibraciones, la colocación del material granular y la afectación de los bulbos de presión, que no es más que la forma como los cimientos afectan el terreno y organizan las presiones alrededor de los cimientos, en forma de un bulbo, como una cebolla, que está apretada fuerte y si usted comienza a cortarla, a hacerle segmentos, ella se va flojando, se va desgajando sola. Eso fue lo que hicieron, con las máquinas cortaron a ras del cimiento y el terreno se debilitó, la fuerza de la presión de esa edificación cinco siglos ejerciendo presión fue, en cuestión de horas, desatada. Eso provocó el derrumbe», apuntó el arquitecto.

Mena advirtió que no todas las edificaciones se derrumban de inmediato, pero que muchas están afectadas. «Tenemos fotografías que demuestran que el Palacio Consistorial, frente a la Catedral, está afectado, está en riesgo también. Si ocurriera un sismo en estos momentos, ahora como está ese terreno, seco, vulnerados los cimientos, podrían caer algunas edificaciones».

Pedro Mena fue entrevistado por Millizen Uribe, Guillermo Peña, Dania Batista, Carlos Pimentel y Jhonatan Liriano, en el programa La República Radio. Fuente externa.

Pedro Mena fue entrevistado por Millizen Uribe, Guillermo Peña, Dania Batista, Carlos Pimentel y Jhonatan Liriano, en el programa La República Radio. Fuente externa.

En cuanto al tema institucional, el especialista cuestionó el aporte de fondos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) para la remodelación de la Catedral, «cuando esa no es su competencia»; la intervención en el Altar de la Patria de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), que está diseñada y preparada para hacer obras modernas, dañándolo y dejándolo inconcluso; y la inversión del Ministerio de Turismo en la renovación de la Zona Colonial cuando hay un Ministerio de Cultura al que, por ley, le está asignada la custodia, la salvaguarda y la responsabilidad del patrimonio arquitectónico nacional, en especial ese patrimonio colonial antiguo.

«Luego vamos a la parte de gestión urbana: se tomó un préstamo del BID, ese préstamo hay que pagarlo, ¿quién lo va a pagar? ¿Todos los dominicanos, los niños dominicanos, los que no han nacido, o deberían pagarlo mejor los dueños de los inmuebles que se van a beneficiar con esa infraestructura? Ese es un tema que hay que aclararlo y definirlo, eso no se le ha dicho a la ciudadanía», aseveró.

Recomendaciones. Mena expuso que para preservar las propiedades y que recuperen su valor hay que hacer un trabajo de consolidación de cimientos, porque si no se hace están en peligro y en cualquier momento puede ocurrir un sismo.

«Me imagino que ellos han parado los trabajos, me imagino que ya no van a utilizar rodillos vibradores, me imagino que no van a utilizar los taladros de percusión (máquinas enormes que afectan, que están hechas para construir grandes carreteras en lugares aislados, no en medio de una ciudad colonial)», afirmó.

También aseguró que unos pequeños muros de contención de hormigón que se estaban apresuradamente construyendo el pasado domingo no van a funcionar para nada. «Es como si usted tuviera la vena femoral perforada y le pusieran una curita, eso no sirve para eso. Hay que hacer una obra de consolidación de cimientos, muy cuidadosa, incluso en lugares donde las calles ya han sido tapadas».

Al respecto destacó que hay diferentes alternativas, como las entibaciones y tablaestacados. «Cuando se hace una excavación donde hay bulbos de presión hay que hacer una entibación, que es una estructura preliminar, provisional o definitiva para contener las presiones y evitar los derrumbes».

Planteó que lo primero es estabilizar ese material granular, porque cuando un sismo ocurre, se producen diferentes vibraciones, que se transmiten a lo largo del suelo en diferentes direcciones, dependiendo del epicentro y esas vibraciones cuando encuentran diferentes tipos de terreno van variando la frecuencia. «En un terreno uniforme, como era ese, estabilizado de cinco siglos, tendríamos un comportamiento más o menos uniforme (porque el terreno también varía); pero cuando se ha introducido un material nuevo, reciente, ese material está suelto, aunque fue compactado mecánicamente y con vibración, se va a comportar distinto frente a un terremoto».

Mena reiteró que hay que trabajar consolidando ese material, en las áreas donde están los bulbos de presión de los cimientos afectados, edificio por edificio y con cuidado.

Denuncias. Mena denunció que se están formando comisiones para ganar tiempo y que hay personas tratando de pescar en río revuelto. «Ahí está el Codia propugnado por que se hagan análisis de vulnerabilidad, echándole la culpa a los propietarios: ‘no su edificación se debilitó porque no tenía un análisis de vulnerabilidad´. Para empezar, eso es mandatorio por ley o por reglamento desde hace apenas 10 o 12 años, si usted construyó en los años 30 o los 40, eso no se conocía. Los propietarios no son responsables».

Lamentó que muchos ya están yendo inmueble por inmueble a decir que el estudio de vulnerabilidad de las propiedades cuesta 10, 8 y 15 mil dólares. «Buscándole comida a profesionales, no estamos para eso».

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