Hoy 
Dos profesionales que trabajan en el tema de la violencia recomendaron ayer al Estado dominicano que asuma la puesta en marcha de todos los mecanismos legales para enfrentar la violencia doméstica y de género que afectan al país.
La abogada Jenny Arias y la psicóloga María Mendoza aseguran que toda la ciudadanía está preocupada por los altos niveles de violencia que enfrentan los dominicanos.
Sin embargo, la más enfática fue la abogada Arias, pues a su juicio, el país tiene un marco legal para enfrentar el problema, pero no ha sido implementado.
Las dos profesionales facilitaron ayer una conferencia a psicólogos y profesionales de áreas afines con el objetivo de sensibilizarlos para trabajar con víctimas de violencia. Los principales tipos de violencia que registra la Fiscalía del Distrito Nacional son de género y los abusos a menores.
De su lado, la psicóloga Méndez señaló que en un día, las fiscalías barriales pueden recibir hasta 20 reportes de abusos infantiles.
Ambas profesionales señalaron que el Estado debe implementar los mecanismos legales que contemplan las leyes del país.
La clave
1. Reto es frenar violencia
Trabajar más a la familia y crear conciencia de que el problema de la violencia intrafamiliar amerita la participación de todos para frenarla, son los retos que tiene el país ante el auge de los feminicidios, muertes de mujeres a manos de sus parejas y exparejas. La sicóloga Sonia Santos, del Ministerio de Salud Pública, y la fiscal adjunta del Distrito Nacional, Rosalía Toribio, aconsejan a las familias trabajar en el rescate de los valores de las personas, que se han perdido, como forma de romper el círculo de la violencia.
2. Denunciar
Impartieron la charla Violencia intrafamiliar a empleados y familiares del Instituto contra la Ceguera por Glaucoma, con motivo del 15 aniversario de la entidad. Toribio exhortó a las maltratadas insistir ante la fiscalía para que su expareja con orden de alejamiento no vuelva a acercarse. Santos criticó que las escuelas no impartan clase sobre moral. Advirtió que la mujer maltratada justifica la violencia, se torna insegura, y el agresor se vuelve egocéntrico e intolerante.
