Espectativa por testimonio Rice

Espectativa por testimonio Rice

WASHINGTON (EFE).- La asesora de Seguridad Nacional de EEUU, Condoleezza Rice, pasará el jueves próximo al centro de las investigaciones sobre los atentados de 2001, y su testimonio será clave para aclarar qué hizo el gobierno para prevenir los ataques.

La idea de la Casa Blanca es que, al exponerse ante los diez miembros de la Comisión Nacional que investiga los atentados, Rice logre mitigar las críticas y fortalecer la confianza de la opinión pública en su lucha antiterrorista.

Rice tendrá pendiente de sus palabras a una audiencia ansiosa de escuchar lo que sabía el gobierno de EEUU antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que se cobraron la vida de unas 3.000 personas.

La asesora se presentará en público y bajo juramento ante una comisión que, sin duda, escudriñará su papel dentro del ejecutivo del presidente George W. Bush.

El presidente de la Comisión Nacional, el republicano Thomas Kean, explicó en un programa de la cadena NBC el enorme interés en el testimonio de Rice.

«Queremos saber sobre su papel durante la transición, lo que pasó, las diferencias entre las políticas de la administración de Bush y las de Clinton. Queremos saber lo que escuchó, lo que sabía y, por supuesto, las posibles diferencias entre ella, Clarke y otras personas», dijo Kean.

Kean se refería a las críticas del ex asesor en asuntos antiterroristas, Richard Clarke, de que el gobierno reaccionó con lentitud a las amenazas la organización terrorista Al Qaida y que su fijación con Irak debilitó la lucha antiterrorista.

Esta será una oportunidad de oro para que Rice responda a las críticas de Clarke, según algunos analistas.

Pero la comparecencia de Rice también lleva sus riesgos, si se toma en cuenta que ella dio testimonio durante cuatro horas, en privado y sin juramento, en febrero pasado, y la comisión querrá comparar los testimonios.

Lo que no queda claro es si, en esta campaña de ataques mutuos, Rice tendrá «la última palabra».

Una discrepancia entre ambos tiene que ver con la afirmación de Rice la semana pasada en el diario «The Washington Post» de que «la administración (Bush) no recibió ningún plan sobre Al Qaida».

Una fuente de la Casa Blanca explicó hoy a EFE que Rice «no estaba programada para ningún programa de televisión» pero, definitivamente, se está preparando para comparecer ante la comisión el próximo día 8.

Con o sin ella en la pantalla chica, su esperado testimonio ha dado pie a una verdadera plétora de especulaciones y análisis sobre lo que ella podría decir ante la comisión.

Hay interés especial sobre el efecto que tendrán sus palabras para aplacar las críticas de Clarke y mejorar la imagen de Bush en las encuestas de opinión respecto a la lucha antiterrorista.

Una encuesta del diario «Los Angeles Times» indicó el jueves que el 52 por ciento de los estadounidenses le da la razón a Clarke en que Washington no tomó con suficiente seriedad las amenazas terroristas.

Esa encuesta también señaló que la mayoría de los votantes sigue aprobando la gestión de Bush respecto a la seguridad nacional.

Bush ha hecho de la lucha antiterrorista parte central de su campaña de reelección y, al ceder finalmente para que Rice dé testimonio en público, quiere limitar los daños a su imagen.

Mediante entrevistas a altos cargos del Gobierno de Bush y de la administración demócrata de Bill Clinton, la Comisión Nacional trata de averiguar los esfuerzos que ambos gobiernos hicieron para atajar la amenaza terrorista.

El senador demócrata Joseph Biden (Delaware) opinó que, a la luz de los atentados de 2001, los dos gobiernos cometieron fallas en la lucha antiterrorista.

«Creo que lo que verdaderamente pasó aquí es que el mayor pecado o error de Clinton fue (su relación con la becaria) Mónica Lewinsky, y eso lo obligó a desviar su atención» de otros asuntos, dijo Biden en un programa de la cadena Fox News.

A raíz del escándalo, Clinton «perdió su capacidad de liderar a la nación para poner en marcha algunas de las acciones que proponía Clarke», agregó.

Pero Biden también señaló con dedo acusatorio al Gobierno actual porque, aseguró, «el problema mayor de esta administración es que también se distrajo, porque se enfocó (inicialmente) en un programa de defensas antimisiles».

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