Especulación y estatización después del paquetazo

Especulación y estatización después del paquetazo

Tiene razón el Presidente Fernández en denunciar insistentemente, hasta convertirse en un predicador internacional, el nefasto componente especulativo que rige la economía de hoy. Pero tratándose de un gobernante, ésas prédicas, para ser convincentes, deben ser testimoniadas con el ejemplo de lo que administra. Y no ha sido así: La economía dominicana se ha ido  haciendo más especulativa bajo su administración: El paquetazo fiscal constituye la expresión más reciente de ello.

La especulación alentada por el Estado comenzó   cuando el Banco Central recurrió a las tasas de interés para financiar déficits, retirar circulante para frenar tentaciones dolarizantes y atraer inversiones financieras foráneas.

Para 1990 la proporción de la Oferta Monetaria Ampliada que constituían los Valores en Circulación no llegaba el 1%. Al término del gobierno reformista apenas alcanzó el 5%. En el presente, representa el 41%.  Con fines similares el Banco Central instituyó la remuneración, como depósitos nocturnos, del dinero captado, no prestado en el día, por los bancos comerciales. Al momento, por los primeros se pagan intereses cercanos al 10% y por los segundos, al 7% desalentando al tenedor de recursos a efectuar inversiones reales y alentando la inversión financiera que acrisola la especulación.

En el 2006 se promulga la ley de Crédito Público y otras complementarias que instituye la facultad del gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, de emitir bonos, títulos y valores para financiar globalmente déficits presupuestarios; instrumentos que anteriormente se recurrían para propósitos específicos y limitados como pagar daños por la guerra de 1965 o los terrenos afectados por las leyes agrarias de 1972.

Como consecuencia de la nueva ley, que exonera el pago de todo impuesto a sus adquirientes y consagra la admisibilidad para honrar obligaciones con el Estado,  el endeudamiento público interno se ha incrementado a un ritmo promedio de US$1000 millones por año, devengando intereses atractivos evidenciados en las últimas colocaciones efectuadas el presente mes: Se aproximaron al 17% anual.

Al Estado pagar tasas tan elevadas, exonerados del ISR y con su garantía,  el tenedor de recursos seguirá inclinándose a efectuar inversiones financieras – especulativas en arcas públicas; puesto que ninguna inversión real, en agricultura o industria por ejemplo, ofrece garantías y rentabilidades comparables.

Mas ahora con el aumento del ISR establecido en el paquetazo fiscal recientemente aprobado.

Con el agravante de observar en la presente situación deficitaria que atraviesa nuestra economía, una doble estatización de repercusiones desfavorables: La de mayores recursos privados dirigidos a financiar gastos gubernamentales y para financiar la dependencia del Estado prácticamente de todas nuestras familias a través de nóminas y subsidios.

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