Especulan sobre salud de Fidel

Especulan sobre salud de Fidel

MIAMI, EEUU (AFP).-  Miami, la «capital del exilio cubano», y donde viven cientos de miles de emigrantes, muchos de ellos soñando hace más de 40 años con la caída de Fidel Castro, especulaba este jueves sobre su tropezón y algunos deseaban que se hubiese hecho algo más que fracturarse una rodilla.

   Los medios de comunicación locales desplegaron de inmediato sus equipos en la Pequeña Habana de Miami, buscando reacciones sobre la caída de Castro el miércoles en Cuba, donde se fracturó una rodilla y se fisuró un brazo.

   Castro tuvo un traspié en un acto en la central ciudad de Santa Clara, 280 km al este de La Habana, cuando se dirigió a su asiento y tropezó con el bordillo de la acera, cayendo de bruces al piso.

   El médico Alberto Bustamante especulaba en un popular restaurante sobre el tropezón, opinando que la manera en que cayó le sugiere que tiene Síndrome de Parkinson.

   «Cuando tú te caes lo primero que haces es poner las manos, y si tú miras la televisión él se ha caído como si fuera un maniquí (…) o sea que no tuvo reflejos de ningún tipo», dijo.

   «Yo creo que él tiene una variedad de Parkinson (…) lo que pasa es que no es una variedad en la que se ve el temblequeo ese de las manos (…) tiene montones de cosas pero no se muere», agregó con una carcajada.

   «Yo me alegro de que se haya dado una buena caída», dijo en otra mesa Guillermo Novo, sin poder contener la risa, «y siento que no se haya desbaratado».

   «Yo creo que todo el pueblo cubano cuando estaba viendo eso por televisión dijeron »¡ay, se muere, se muere, Dios mío!»», dijo, y a su lado el profesor Antonio Cova agregó «¡el Caballo está frito!».

   En la ventanilla de un restaurante cercano, donde decenas de personas ordenaban café y conversaban, se comentaba la caída en voz baja, y los clientes parecían más dispuestos a hablar de la elección estadounidense que del «Caballo», como llaman popularmente los cubanos al gobernante.

   «Eso no es noticia, noticia para nosotros es que Francia diga »coño voy a mandar los soldados para tumbarlo»», dijo un hombre que no quiso identificarse, al interrogarle sobre la caída de Castro. A su lado otro sostuvo que la caída fue «otro espectáculo» de Fidel para llamar la atención mundial.

   En la Célebre Calle Ocho, Santiago Portal, quien sostenía en la vereda un cartel que rezaba «No Bush, No Kerry», y que aseguró ser el fundador del primer movimiento para llevar un latinoamericano a la Casa Blanca, «de padres cubanos», aseguró que no se había enterado de la noticia.

   «Se hubiese roto la cadera», dijo, porque es peor a los 78 años de edad romperse una cadera que una rodilla.

   La radio también trataba el tema, y un oyente se quejaba de que no debía utilizarse la palabra «caída» para referirse al incidente, porque los cubanos podrían creer que se referían a la caída política del líder.

   Las reacciones a la noticia son típicas «de la ansiedad que tiene el pueblo cubano de salir de esta pesadilla. Son 45 años de este señor ejerciendo su voluntad», dijo Ninoska Perez-Castellón, una periodista que dirige el Consejo por la Libertad de Cuba, uno de los grupos anticastristas con sede en Miami.

   Otro líder del exilio, José Basulto, de Hermanos al Rescate, criticó, sin embargo, la cobertura dada al incidente. «El activismo que debía haber, enfocado en propiciar la caída política de Castro, le ha dado paso a que las personas se pasen el tiempo alegrándose con simplezas como esta».

   El principal diario de Miami, The Miami Herald, reseñó la noticia en sus páginas interiores, y su hermano en español, El Nuevo Herald, le dio un despliegue más amplio en portada, titulando «Castro se cae y se golpea».

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