Herminio y Píndaro entran a la calle Arzobispo Nouel de la ciudad capital, buscando la ubicación exacta de un nuevo local –hasta ahora desconocido por ambos-, que hace su debut en fotografía al acoger a un joven cubano que, con el padrinazgo de nuestro amigo y duende Freddy Ginebra, ha aprovechado para hacer su debut y presentar su obra fotográfica en nuestro país con motivo de la décima versión de Photoimagen.

El carro –con nuestros dos aventureros del arte a bordo-, va despacio por la estrecha vía, respetando la mojada calle que ha sido ‘bautizada’ por un fuerte chubasco que ha caído minutos antes… Un colmado a la derecha… El edificio que alberga El Museo de la Resistencia un poco más a la derecha… Los alumnos entrando a la tanda nocturna del Liceo Mahatma Ghandi a la izquierda… “¡Herminio, párate ahí, en ese huequito entre esos dos carros!” –exclama Píndaro-… Así lo hacen y, al ver la falta de estacionamientos disponibles se desmontan para caminar unas cuadras hasta ‘descubrir’ su objetivo… Mientras caminan y conversan por la acera sur de la calle, Herminio levanta su índice derecho y señala un espejismo reflejado en medio de un charco en el asfalto… El brillo de la luz, proyectando amplios ventanales, les indica que a su derecha está justamente la entrada al local buscado… Un joven, control de aires acondicionados en mano, les da la bienvenida y les expresa: “¡Son ustedes los primeros!… ¡Disfruten!”.

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La obra fotográfica de Miguel Antonio Esquerré es la protagonista de la noche… Una museografía cuidadosamente lograda por el artista mismo, con la valiosa ayuda de Víctor Sánchez –hijo de Casa de Teatro-, provocan que tu vista viaje a un mundo que, aunque está frente a nosotros a través de esta muestra, es el espejo de una Cuba añorada por el autor a través del recuerdo vivo de su Cárdenas natal… “¿Y qué tiempo tiene Miguel Antonio dedicado a la fotografía? –cuestiona Píndaro-… Justo en ese momento, la sonrisa de Esquerré se muestra frente a ellos y, feliz ‘como una lombriz’, les da un abrazo a ambos y exclama: “¡Tres años que son una extensión de vida!… Siempre vi a mi padre fotografiar y hoy siento gran orgullo al tenerlo espiritualmente presente… ¡Jamás pensé descubrir este fabuloso arte visual!”-agregó con cierto dejo de nostalgia por su patria-… Píndaro y Herminio se miran entre sí, mientras no dejan de sentir gran alegría al saber que este joven ha captado impactantes detalles que hoy son su sello ‘Esquerré’.

Patricia Read –propietaria de Casa Palma-, puede sentir gran orgullo al albergar en su histórica sala la luz en cada una de las entregas de este valioso y novel artista del lente… Una sombra, proyectada en zapatillas de ballet… La mirada escudriñadora de una soñadora quinceañera, intentando identificar su futuro… El impactante reflejo de una deshilachada bandera cubana, sometida al desgaste por inclemencia del tiempo… La marca indeleble de una torre colonial de su Cárdenas natal… Y, -la obra de mayor impacto en la muestra- un decidido aventurero nos da la espalda para, cargado de ilusiones, adentrarse a lo desconocido de un amplio mar.

Herminio, que ve la expresión de satisfacción de su alter ego, expresa: “¡Miguel Antonio Esquerré es ya un nuevo talento a desarrollar en nuestro país… Otra joya que ha descubierto Freddy Ginebra, y al que ha designado su programador de actividades de Casa de Teatro!”… Píndaro, con una euforia contenida exclama: “¡’Espejo’… Un reflejo de miedos y esperanza donde la soledad transpira, que debe ser visitada antes de que el final de Septiembre también nos refleje!”