POR MARIEN ARISTY CAPITAN
A pesar de que recibiría cerca de mil quinientos millones de pesos menos que los que aspiraba para su presupuesto del próximo año, la Secretaría de Educación tendrá que respetar el acuerdo de aumentar un 20%  a los salarios de los maestros.

La advertencia la hizo ayer la presidenta electa de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), María Teresa Cabrera, quien llamó a los miembros del Congreso Nacional a mejorar la partida presupuestaria que se le destinará a Educación.

«Las autoridades tienen un compromiso con los maestros y nosotros no quisiéramos, bajo ninguna circunstancia, que se pusiera en juego porque eso estaría convocando a enfrentamientos, dificultades y la necesidad de reiniciar este año escolar con problemas que estarían provocados por una actitud de irracionalidad por parte de las autoridades».

Respecto al Congreso, Cabrera pidió que recuerden el precario estado en el que están las escuelas públicas. «El Congreso tiene la magnífica oportunidad de jugar su rol. Nosotros insistimos en que el Congreso no tiene que asumir el presupuesto tal como lo envía el Poder Ejecutivo. Ellos tienen que entender que el sistema educativo dominicano tiene demasiadas necesidades, demasiadas carencias».

Tras manifestar que le parece inconcebible que el económico gobierno haya disminuido el presupuesto que originalmente se había solicitado para la cartera. «Que de ese presupuesto precario se haya reducido a RD$23 mil millones, cuando estábamos hablando de cerca de RD$25 mil, resulta sencillamente incomprensible».

Por otro lado, Cabrera se quejó de que se pretenda aprobar el Presupuesto de Ingresos y la Ley de Gastos Públicos del Gobierno Central sin que antes se discutan los alcances de ese proyecto.

«Debería haber espacio para que estas cosas se puedan clarificar y todo el que tenga que reaccionar reaccione. Es lamentable que se haya puesto de moda que los proyectos que tienen trascendencia, que pudieran generar opiniones contradictorias y reclamos, se aprueban con una celeridad increíble para que no se pueda hacer nada».

Lo más duro de todo esto, dice Cabrera, es que la reducción del presupuesto del 2007 se da justo después de haberle transferido al Metro RD$854 millones que correspondían al presupuesto de la Secretaría de Educación de este año.

«Reducir la partida que se consideró para el próximo año, después de haberle quitado una parte de los recursos de este año, es una provocación. Por que, ¿qué posibilidades tendrán las autoridades educativas de enfrentar las carencias, las necesidades de la comunidad educativa y los compromisos que tiene con el magisterio nacional».

Entre estas carencias Cabrera citó la de cobertura. «No es posible cubrir este déficit sino se disponen de recursos para construir las aulas que se necesitan. Tampoco de darle la posibilidad de integrarse al sistema educativo que quedan fuera de la escuela por falta de espacio».

Por otro lado, Cabrera dijo que es necesario que la República Dominicana deje de estar entre los únicos tres países de América Latina que invierten menos del 3% del Producto Interno Bruto (PIB) a Educación, tal como lo establece el «Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo 2007», hecho por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Sólo así, estableció, podrán mejorarse las condiciones en que miles de niños reciben docencia. «Sabemos que tenemos aulas superpobladas, hasta con 70 estudiantes, y sencillamente es inabordable pensar que un maestro pueda desarrollar un proceso pedagógico mínimamente adecuado, con resultados óptimos, en condiciones así».

Dicho esto, Cabrera señaló que es imposible que se pueda ofrecer una educación de calidad en un aula en la que la mitad de los niños se sientan en butacas y la otra está en el suelo o de pie.

«Recordemos que la educación es la vía más expedita para pensar en superar los niveles de marginación, de exclusión y atraso que nosotros tenemos. También será con la educación que el país podrá darle respuesta a la necesidad de recursos humanos bien calificados», dijo Cabrera al tiempo de agregar que reduciendo la inversión en educación el país nunca podrá estar a la altura de la competitividad.

Lo que procede, indica Cabrera, es que al menos se cumpla con la Ley de Educación 66’97 y se dedique el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) a la cartera educativa.