Hoy 
BOGOTÁ, Colombia (AFP).- El esposo de la franco-colombiana Ingrid Betancourt, rehén de las FARC desde hace cinco años, lanzó este día de la madre desde una avioneta 15.000 volantes con fotos de sus hijos para que la imagen pase de mano en mano y llegue hasta ella.
Las hojas fueron esparcidas por Juan Carlos Lecompte en un área comprendida entre la localidad de Planadas y la Bota Caucana (sur), a lo largo de la Cordillera de los Andes, donde tienen fuerte presencia las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Mi ilusión es que una columna guerrillera se encuentre las fotos y alguno de ellos (los rebeldes) decida guardarse una. Que la imagen pase de mano en mano y así llegue hasta Ingrid para que vea cómo están sus hijos, dijo Lecompte a la AFP que lo acompañó en la avioneta.
Mi sueño es que en el próximo video de supervivencia, ella salga diciendo: las fotografías de mis hijos fueron el mejor regalo que recibí durante todo el cautiverio, añadió.
Lecompte sabe que su homenaje a Betancourt es arriesgado. Este vuelo es medio clandestino, porque si bien uno traza un plan de vuelo, en cualquier momento se decide modificar un poco la ruta, desviándose hacia donde el corazón dice que ella se encuentra, añade. En los miles de volantes aparece impresa una fotografía de Melanie y Lorenzo Delloye -los hijos adolescentes del primer matrimonio de Betancourt-, tomada por Lecompte en abril pasado, durante la Semana Santa, en la población francesa de Ranz, donde Lorenzo vive con su abuela paterna.
Para Ingrid, de Juan Carlos, dice los volantes que, según Lecompte, son su tributo a Betancourt con ocasión del día de la madre que se celebra el domingo en varios países latinoamericanos. No tiene más texto para que los guerrilleros no piensen que es un mensaje cifrado, pero lleva todo el amor del mundo, añade.
El vuelo, que duró cuatro horas, fue financiado por el cantante francés Renaud, quien se ha sumado a la causa por la liberación de Betancourt pegando afiches en el metro de París, publicando avisos en la prensa francesa y ofreciendo conciertos en su honor.
El miércoles, Lecompte buscó en una modesta tipografía del sur de Bogotá las cajas que contenían los volantes. En esta ocasión le colocamos una película impermeable a las fotografías, para protegerlas del clima de la selva, indicó.
Al despedirse del encargado de la tipografía, y con dos cajas entre sus manos, el esposo de Betancourt grita al responsable de la fábrica: Ojalá no tenga que volver a necesitarlo, pero si me toca regresar nuevamente, aquí estaré cumplidamente.
Una buena cantidad de hojas fue arrojada sobre las montañas de Planadas, en el departamento de Tolima (centro), donde pobladores reportaron haber visto a Betancourt hace tres años en las inmediaciones de un hospital.
Los volantes también cayeron en las alturas de la localidad de Chaparral, el Nevado del Huila y la Bota Caucana. El mayor número -unos 10.000- fueron esparcidos en este último punto, una accidentada región donde confluyen las cordilleras Central y Oriental.
El gesto de Lecompte se da en momentos en que el presidente colombiano, Alvaro Uribe, anunció que buscará un mecanismo judicial para excarcelar a rebeldes de las FARC con miras a avanzar en el canje por rehenes, pero sin desmilitarizar una zona del país.
Para negociar la liberación de los 58 secuestrados, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) exigen que Uribe ordene la salida de la fuerza pública, por 45 días, de los municipios de Pradera y Florida, en el departamento de Valle (suroeste), que representan 800 km2, a lo que el presidente se opone.
Betancourt, de 45 años, fue secuestrada el 23 de febrero de 2002 junto con su fórmula a la vicepresidencia, Clara Rojas, cuando viajaban por una carretera del sur del país para asistir a un acto de campaña.
La dirigente encabeza una lista de 58 rehenes -incluidos políticos, militares, policías y tres estadounidenses-, a quienes las FARC exigen canjear por 500 rebeldes presos.
