Nueva York. EFE.  Casi tres meses después de denunciar al político francés Dominique Straus-Kahn por agresión sexual, Nafisatou Diallo compareció ayer por primera vez ante la prensa para defender su reputación, salir al paso de las cosas que se han dicho sobre ella y para que ninguna mujer tenga que pasar por lo mismo.  

“No quiero que a ninguna mujer en el mundo le pase lo que me ocurrió a mí, porque por lo que estamos pasando es demasiado tanto para mí como para mi hija”, afirmó Diallo visiblemente nerviosa y con la voz entrecortada en una multitudinaria conferencia de prensa celebrada en un centro religioso del neoyorquino barrio de Brooklyn.   Esta inmigrante guineana, de 32 años, trató  así de limpiar su nombre y sobre todo de recuperar su credibilidad, después de que se la haya llamado “prostituta” y de que la Fiscalía de Manhattan dejara en libertad condicional  a Strauss-Khan tras encontrar elementos que siembran dudas en la versión de Diallo.