SAO PAULO, EFE.- El comercio sacro brasileño confía en que ahora que el papa Benedicto XVI se encuentra en el país aumente el interés por los objetos con su imagen y se dé un impulso a la ventas de artículos religiosos.

   El Pontífice llegó el miércoles a Sao Paulo, donde permanecerá hasta hoy cuando viajará a la ciudad de Aparecida, donde se encuentra el más importante santuario de Brasil.

   Antes incluso de la llegada del Papa, vendedores ambulantes habían comenzado a desplegar sus mercancías y circular por las inmediaciones del monasterio de Sao Bento, donde está alojado, con objetos religiosos de precios muy asequibles. Pulseras de tela con el nombre del pontífice, escapularios y medallas, fáciles de transportar y de precios que comienzan en el medio real (0,25 dólares), son los productos ofertados en las calles de Sao Paulo, donde también hay algunos comerciantes callejeros que venden imágenes de Benedicto XVI en escayola.

Hasta hace poco, la imagen de quien se convertirá en el primer santo brasileño, Frei Galvao, nacido en Guaratinguetá, en el interior de Sao Paulo, llevaba la delantera en las ventas frente a los recordatorios alusivos a Benedicto XVI, un Papa que todavía no ha calado entre el público brasileño como lo hizo su carismático antecesor. La demanda de objetos que reproducen la imagen de Frei Galvao ha crecido desde la noticia de su canonización. También hay interés por recuerdos  de la virgen de la  Aparecida, patrona de Brasil.