El Presidente Leonel Fernández pronunciará un discurso esta noche que algunos círculos vaticinan que será el comienzo de una ofensiva contra la caída de popularidad del Gobierno, mostrada en encuestas y a través de la percepción de algunos observadores.
Entre figuras de la administración de Fernández se habló estos días de un plan mediático de descrédito, lo que otros sectores describen más bien como pérdida de popularidad por desaciertos y crecida deuda social.
El discurso que pronunciará esta noche el presidente Leonel Fernández ante los dirigentes nacionales de su Partido de la Liberación Dominicana (PLD) estaría destinado a retomar la ofensiva frente a la caída de la popularidad del gobierno que muestran encuestas y percepciones generalizadas.
El pánico parece apoderarse de voceros gubernamentales que denuncian lo que denominan como plan mediático de descrédito y no aceptan que la deuda social acumulada y los desaciertos desgastan la popularidad de los gobiernos y, más aún, cuando acumulan dos períodos consecutivos y en tiempos de crisis económicas.
Una arenga política
Para disipar confusiones, el secretario general del PLD, Reynaldo Pared Pérez, precisó el jueves que el doctor Leonel Fernández hablará este domingo en su condición de presidente del partido morado, y que de haber sido un discurso de Estado se habría producido en el Palacio Nacional y no en un hotel, como está programado para las 8 de la noche de hoy domingo.
Diversos medios habían anunciado que el mandatario dirigiría un mensaje a la nación para explicar los alcances y repercusiones en el país de la crisis económica internacional, aunque desde el principio se habló de un acto público al que se ha convocado a los más de 400 miembros del comité central del partido oficial, al centenar de legisladores y otros tantos alcaldes, a los altos funcionarios y a los aliados.
El discurso sería el primer paso en una estrategia dirigida a contener el deterioro de la imagen del gobierno y a devolver la confianza de sus propios dirigentes y militantes en el liderazgo del presidente Fernández, que aparece en declive en las últimas encuestas publicadas y en otras, oficiales y de oposición, que circulan limitadamente.
Es obvio que en las dificultades financieras que obligaron al gobierno a restablecer el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional después de medio año en suspenso, influye la crisis económica global, y es natural que el doctor Fernández, dueño de una sólida retórica comunicativa, magnifique sus repercusiones para restarle responsabilidad al dispendio y las erráticas políticas de inversión que se le enrostran.
La crisis internacional repercute en el país desde el inicio del período de gobierno en el 2008, aunque al principio el presidente Fernández sostuvo con reiteración que la economía nacional estaba blindada, y en vez de asumir un programa de racionalidad en la inversión y de austeridad, amplió subsidios, inició una inoportuna segunda línea de metro y desbordó el gasto corriente hasta acumular déficits por más de de 150 mil millones de pesos, en los últimos tres años y medio.
Conspiración mediática. Tres funcionarios e importantes dirigentes del PLD denunciaron esta semana lo que consideran una especie de conspiración mediática para reducir la imagen del presidente Fernández, estigmatizar a los peledeístas como corruptos y condenar el gobierno. Dicen que es promovida por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y sus aliados en la sociedad civil y los medios de comunicación, especialmente en la televisión. Y reclamaron una estrategia gubernamental para enfrentarlos.
El primero fue el director de prensa de la presidencia, Rafael Núñez, quien en artículo del lunes en el Diario Libre, sostuvo que como no hay razones económicas para atacar al gobierno del presidente Leonel Fernández, el partido opositor, valiéndose de los aliados en los medios de comunicación, se lanzaron hace un tiempo a querer desprestigiar la figura del Presidente de la República, con la intención de invalidar su gran obra. Se refirió a todo tipo de bellaquerías, de manipulaciones groseras y tratativas diseñadas hasta en el exterior, que no son de ahora, para concluir exhortando al equipo de gobierno a enfrentarlos.
En El Nacional del mismo día, Euclides Gutiérrez insistió en la puesta en marcha de un plan para desacreditar al PLD, a su gobierno y al Presidente de la República, responsabilizando, en particular, a los programas televisivos. Se quejó de que sus compañeros no comprendan que los objetivos de esa campaña, la mayoría de las veces, están financiados por organismos internacionales.
Al día siguiente, en el canal 9, Rafael Camilo, el director de Aduanas y un peledeísta generalmente ponderado, reconoció que nunca la imagen del gobierno había estado tan baja como ahora, lo que atribuyó a la manipulación de informaciones que han hecho el PRD y algunos sectores de la sociedad civil. Empero, Camilo se diferenció al reconocer errores, actos inadecuados en el manejo de la cosa pública, y planteando la necesidad de una nueva estrategia de comunicación y de centrar la atención en los problemas que más preocupan a la sociedad, como salud, educación y seguridad.
Y aseguró que el presidente trabaja en una estrategia para recuperar la imagen del PLD.
Mejor ayuda del gobierno
Los resultados de las encuestas Gallup-HOY y Penn-Schoen, publicadas hace dos meses, y de otras que circulan limitadamente, han disparado la alarma de los peledeístas. Muestran que el PRD ha recuperado la primacía política y mantienen su candidato Hipólito Mejía con alta ventaja. Ganó particular rechazo la encuesta CID-Gallup de Costa Rica, que dejó al presidente Fernández con la más alta desaprobación en la región centroamericana con 63 por ciento, aunque no muy distante del 61 por ciento que antes había registrado la Penn-Schoen y del 59 por ciento de la Gaullup-HOY.
Entre los seguidores de Danilo Medina se debate sobre la necesidad de lograr un apoyo firme del presidente Fernández, pero al mismo tiempo sin opacar la figura del candidato ni hacerlo cargar todo el peso muerto de la gestión gubernamental. Saben que deben trocar el pasivo por el activo del gobierno, pero que la mejor ayuda que se puede dar de cara a la candidatura oficial es enderezar el rumbo, gobernar bien, buscar mejorar la imagen del gobierno, afrontar las pequeñas demandas de las comunidades.
Para que eso sea posible, lo primero es aceptar que hay grandes insatisfacciones en la ciudadanía, y que hasta en los países desarrollados dos períodos de gobierno consecutivos desgastan incluso los más firmes liderazgos, más aún cuando hay una deuda social acumulada muy alta y en medio de una crisis económica internacional.
En vez de buscar la causa de las insatisfacciones, y reconocer que 11 años de gobierno, de los últimos 15. es un período significativo para haber resuelto problemas básicos, que hay desbordamientos de corrupción y dispendio, y que se precisaría de renovaciones como las que han realizado en los últimos días los gobiernos nuevos de Brasil y Chile, los funcionarios y voceros peledeístas dan palos de ciego, atribuyendo su decadencia a planes mediáticos, a la sociedad civil y a un partido opositor que persiste en demostraciones de incoherencia interna.
El talento y la clarividencia política del presidente Fernández tienen un desafío importante con el discurso de hoy, llamado a marcar la estrategia política de su gobierno y partido de cara a las elecciones presidenciales de dentro de diez meses.-
Reafirmación del líder
Aunque el telón de fondo del discurso de hoy sería preparar al partido para iniciar una ofensiva que le permita retener el poder en los comicios del año próximo y no dejar dudas de su apoyo a la candidatura presidencial de Danilo Medina, el doctor Fernández persigue, en primera instancia, reafirmarse como líder del PLD.
Llama la atención que este acto se anunció al día siguiente de la reunión del Comité Político peledeísta que relegó, sin explicación, hasta el 28 de agosto la proclamación formal de Danilo Medina como candidato, más de dos meses después de su elección. Aunque se dijo que el escogido prefería la fecha del 16 de agosto. El 16 de junio, 10 días antes de la elección de Medina, el presidente del PLD pronunció un discurso ante el liderazgo nacional de su partido prometiendo respaldar a quien ganara, diciendo que se verá al león recorriendo las calles por todo el territorio nacional, ondeando la bandera morada y entonando nuevos cantos de victoria.
Ya entonces se expresó temor de que el afán por reafirmarse como líder del partido lleve al mandatario a protagonizar la campaña, compitiendo en el escenario del candidato y reduciendo su estrategia de diferenciación, que se expresa en la afirmación de que proseguiría lo que está bien, corregiría lo que está mal y haría lo que nunca se ha hecho.
Aunque se ha puesto énfasis en que el presidente explicaría los alcances de la crisis internacional, eso ya lo hizo en un discurso a la nación el 17 de marzo pasado, donde abundó sobre las políticas adoptadas para evadir el peso del alza de los combustibles y los alimentos y anunció nuevos programas, incluyendo un plan de austeridad para reducir el gasto en 12 por ciento, ahorrar 10 por ciento en la energía que consumen los organismos públicos, estimular la producción de alimentos, establecer 800 plazas agropecuarias y vender paquetes de alimentos suficientes para 8 personas durante una semana, al precio de mil 248 pesos. Aún pendientes están de materialización.