Esperancita ya no está pero su caso seguirá discutiéndose

Esperancita ya no está pero su caso seguirá discutiéndose

Ayer fueron sepultados en Pedro Brand, Santo Domingo,  los restos de Rosalba Almonte, (Esperancita) la adolescente  preñada y con leucemia que volvió a encender el debate sobre el artículo 37 de la Constitución que consigna que la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte.

La familia agradeció a los especialistas que la  atendieron en el  Hospital del Seguro Médico para Maestros (Semma) y a todos los que se solidarizaron.

Tratamiento adecuado.  Sobre el tema, el presidente del Grupo Médico San Martín,  Luis Taveras Gómez, dijo que bajo cualquier circunstancia, embarazada o no, había que aplicarle el tratamiento porque esa enfermedad es catastrófica.

Manifestó que si   se trata a tiempo el paciente puede sobrevivir y que   los médicos no pueden quedarse con los brazos cruzados ante esta situación.

Sobre si hubo negligencia, expresó que no conoce el expediente y que por tanto, no puede opinar.

La iglesia.  Al refrirse al artículo de la Carta Magna, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez calificó de “canallada”, que quieran atribuirle que la joven Almonte falleció porque prohibe el aborto y criticó que obvien la causas reales de su estado de salud.

Aclaró que  defienden la vida bajo cualquier circunstancia y que se hizo todo lo posible para preservar la  de la adolescente Almonte y su criatura, ya que le aplicaron los tratamientos de rigor.

 López Rodríguez expresó que si se le practicaba el aborto no se le garantizaba la vida, debido a la enfermedad que padecía y a su avanzado estado.

En tanto, el sacerdote Manuel Ruíz cuestionó la falta de solidaridad de los grupos feministas con  la muchacha y con su familia.

Se preguntó dónde estaban cuando Rosalba las necesitaba. Por qué en lugar de ruedas de prensa no hicieron votos de solidaridad con la joven de 16 años..

No había esperanzas.  La directora del Sema, Isabel Menual dijo que “Almonte nunca respondió a las terapias con sangre y plaquetas”, a las  que era  sometida y esta situación contribuyó al deceso.

Los médicos agregaron que había pocas posibilidades de vida, ya que tenía los glóbulos blancos muy altos y mucha anemia.

La muerte de Almonte de 16 años, se produjo el  viernes, por perdida de sangre y liquido, problemas respiratorios, aborto completo y leucemia.

Fue recluida en ese centro  desde el 2 de julio donde recibía el tratamiento que buscaba preservar su vida y la de su hijo. 

Antes de terapia ya estaba mal

Familiares de la joven Almonte la velaron en medio del dolor en la funeraria municipal de Pedro Brand. Parientes y vecinos  dijeron que la menor de  edad salió de la casa a someterse al tratamiento contra la leucemia cuando tenía los pies hinchados y con un  estado de salud  deteriorado.

A la hora del deceso los médicos que estaban pendientes de los cuidados de Almonte explicaron que presentó sangrado por la nariz y la vagina, así como problemas respiratorios, por lo que tuvo que ser trasfundida de sangre y plaquetas y trasladada a cuidados intensivos.

Otros familiares dijeron que reconocen la asistencia que le prestaron los médicos que la asistieron en el Centro Médico Semma.

En tanto, el pesar de   la familia fue mayor debido a que el padre de la muchacha es un no vidente que se encuentra en los Estados Unidos y que no podrá venir al país a acompañarlos en el dolor.

Debate y normativa

Este caso va a extender los debates sobre el alcance que debe tener el artículo 37 de la Constitución que dice: «El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte».

Los médicos favorecen una normativa para saber cómo actuar cuando ocurra otro caso similar al de Rosaura Almonte, quien acaparó la atención del país debido a la complejidad que presentaba el cuadro clínico de la joven.

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