Esperanzador

Esperanzador

Uno de los rasgos más sobresalientes del mensaje que el Presidente Leonel Fernández dirigiera ayer al país es su expreso propósito de restablecer la confianza perdida, no sólo en el plano interno, sino también entre nuestros interlocutores externos.

Con una oratoria que hizo pendular entre lo conciliador y lo enérgico, según lo demandaran las circunstancias del compromiso que asumía ante la nación y la comunidad internacional, el Presidente Fernández citó la austeridad como una de las primeras piezas estratégicas de su plan destinado a recomponer la economía y mejorar la imagen del país en el exterior. Este aspecto supone una disminución del gasto público en no menos de un veinte por ciento, una medida recomendada insistentemente a las autoridades salientes. En este ámbito, la supresión de cargos innecesarios y la eliminación del clientelismo político sobresalen como medidas de profilaxis de primer orden en el marco del ahorro.

Las cifras macros que han determinado las graves dificultades nacionales las manejó el Presidente sin insistir en culpables ni prometer retaliación, pero comprometiéndose a no hacerse  suscriptor del «borrón y cuenta nueva» en que ha germinado la corrupción en todos los órdenes y ámbitos, y a no entorpecer las iniciativas del Ministerio Público para perseguir las acciones dolosas.

La recomposición de la deuda externa, aspecto que atañe al rescate de la imagen del país entre nuestros acreedores internacionales y firmas clasificadoras de riesgos, la ha situado el Presidente entre las prioridades que permitirían restañar la confianza del país para la inversión extranjera.

-II-

Un aspecto crucial de la crisis tocado en el discurso del Presidente ha sido el de la energía eléctrica y la necesidad de recomponer las estructuras de ese mercado para que pueda rendir los beneficios que la economía del país requiere. El descalabro de este sector ha sido uno de los puntos más influyentes en la crisis nacional.

También ha puesto en orden de prioridades las soluciones inmediatas para atenuar los efectos sociales de la crisis económica en las capas más vulnerables de la población. Su discurso dedica un capítulo a las iniciativas que serán puestas en marcha para mejorar el poder adquisitivo de los sectores más pobres, a través de programas focalizados hacia los segmentos poblacionales más abatidos.

El Presidente, vistas las necesidades del país, ha solicitado la cooperación del Congreso Nacional y de todas las fuerzas del país. Esta solicitud apuntala sus enunciados anteriores para la integración de un Gobierno de unidad nacional que permita afrontar la crisis con posibilidades de éxito.

Su solicitud de cooperación, al margen de cualquier otra motivación, tiene su fundamento en la correlación de fuerzas en el Congreso, numéricamente desventajosas para la administración que ha asumido el mando. Sin duda, una buena parte de las iniciativas necesarias para enfrentar la crisis nacional requiere un vigoroso respaldo congresional.

El Presidente, sin lugar a dudas, ha dirigido a la nación un mensaje esperanzador y conciliador, animado en el propósito de enfrentar una crisis de la que todos hemos sido víctimas. Respaldemos sus iniciativas pensando en que el éxito habrá de ser del país, de todos.

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