Espías mantenían buena discreción

Espías mantenían buena discreción

NUEVA YORK.   AFP.  La red rusa de espías desmantelada en Estados Unidos estaba bien integrada a la sociedad –con conexiones en Harvard o los medios– pero tenía al parecer escasos secretos para transmitir a Moscú.

 De los 11 «espías», una era por ejemplo periodista del diario hispano La Prensa de Nueva York, otro tenía una consultoría en Massachusetts con conexiones en la universidad Harvard y otra una inmobiliaria en Manhattan.

 Tres días después de haber estallado el escándalo, la prensa norteamericana abunda en detalles sobre los presuntos espías y destaca a qué punto estaban bien integrados a la sociedad sin despertar sospechas.

 Donald Heathfield recibió en 2000 un master en administración pública en Harvard, donde fue compañero de clases, según el New York Times, del actual presidente de México Felipe Calderón, entre otras personalidades.

 Su esposa, Tracey Foley, trabajaba en una inmobiliaria en Massachusetts. Otra de las acusadas, Vicky Peláez, de 55 años, era una conocida columnista desde hace más de 20 años en el diario La Prensa.

 Su marido Juan Lázaro, al parecer nacido en Uruguay, fue observado por un agente del FBI cuando se reunía con representantes del gobierno ruso en 2007 y en 2003 la fiscalía asegura que el matrimonio recibió 10,000 dólares de Moscú.

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