¿Era Alonso de Espinosa dominicano? ¿Fue el primero que escribió un libro en América? Tanto su procedencia como esa primacía que muchos le atribuyen han estado en discusión durante décadas. Esas condiciones, sin embargo, fueron las que motivaron la designación de una calle con su nombre.
Pocos historiadores dominicanos lo citan por lo que es desconocido para la generalidad. Y quienes hablan de su vida y su obra, como Pedro Henríquez Ureña, Fray Cipriano de Utrera, Emilio Rodríguez Demorizi, Abelardo Vicioso, dudan que fuera nativo de Santo Domingo y que su obra fuese pionera en el continente. No dejan, empero, de reconocer sus méritos. Alonso de Espinosa era un fraile dominico, predicador.
Dicen unos que existieron varios sacerdotes con ese nombre, como el también dominico y escritor que nació en Oajala, México, y otro de la misma orden que comentó “el Psalmo 44, Eructauit cor meum urbum bonus”. O quizá los tres son el mismo Alonso. Hay uno que pudo haber vivido aquí porque hubo un tiempo en que desapareció hasta su muerte y además fue amigo de fray Bartolomé de las Casas.
Gil González Dávila fue quizá uno de los primeros en consignar que Alonso de Espinosa era hijo de Santo Domingo y su afirmación siguió repitiéndose. Henríquez Ureña pregunta, años después, si sería el que se tiene como de esta tierra.
Nicolás Antonio lo identifica como nativo de Santo Domingo y Henríquez anota al respecto: “La identificación de estos dos escritores homónimos y coetáneos, frailes dominicos y residentes en América ambos, tiene visos de probabilidad, pero no la considero probada”.
Agrega que el sacerdote mexicano José Mariano Beristáin “la aceptaba e insistía en el nacimiento dominicano del escritor” y añade: “Aceptándola, y aceptando el año de 1541 como fecha de publicación del libro sobre la Candelaria, el investigador cubano señor Trelles atribuía a Santo Domingo la gloria de haber dado cuna “al primer americano que escribió y publicó un libro”.
Emilio Rodríguez Demorizi coincide con las interrogantes de Henríquez en sus “Relaciones históricas de Santo Domingo” y cita la afirmación que este hizo en 1940: “Don Agustín Millares me comunica haber hallado pruebas de que el autor del libro sobre la Candelaria había nacido en Alcalá de Henares… Es distinto, pues, del nativo de Santo Domingo”. Rodríguez Demorizi menciona una relación de Luis Gerónimo de Alcocer, “Obispos y arzobispos que ha tenido la Iglesia Metropolitana de Santo Domingo”, que asegura: “Era hijo de esta ciudad Audiencia el Reverendo Padre Fray Alonso de Espinosa, Religioso Dominico, que escribió un elegante Comentario sobre el Psalmo 44 Eructauit cor meum Verbum vonum”.
Pedro Henríquez esclarece: “El libro sobre la Candelaria no se publicó en 1541: se escribió a fines del siglo XVI –en el texto se habla de sucesos de 1590- y se publicó en 1594, en Sevilla, la fecha de 1541 es una errata de la Bibliotheca Nova de Nicolás Antonio, quien probablemente había escrito 1591, fecha de las licencias de publicación del libro”.
No obstante, Henríquez coloca a Espinosa en una lista de los primeros hombres de letras dominicanos, junto a Arce de Quirós, Francisco de Liendo, Diego Ramírez, Fray Alonso Pacheco, Cristóbal de Llerena, Francisco Tostado, Elvira de Mendoza y Leonor de Ovando.
En su libro “Cultura y letras coloniales” Pedro dedica amplios comentarios a sus dudas y a lo que expresan otros autores: “Beristáin sostiene que Fray Alonso era natural de la isla de Santo Domingo, como dice Gil González Dávila, y no de Alcalá, como escribió Marieta. Tomó el hábito de la Orden de Predicadores en la provincia de Guatemala, como asegura Remesal, y no en Andalucía como dijo Altamuro. Hizo un viaje a España, y a su vuelta estuvo en las islas Canarias…”.
El dominico Remesal dio a Espinosa “tres patrias posibles”: España, Santo Domingo y Guatemala.
En “Santo Domingo en las letras coloniales 1492-1800”, Abelardo Vicioso cita los libros del clérigo y comenta: “Estos trabajos fueron escritos por un fraile dominico del mismo nombre, que vivió en Guatemala y luego en las Islas Canarias, y existe la posibilidad de que se trate de la misma persona”. Se refiere al comentario sobre el salmo 44 y al libro “Del origen y milagros de la Santa Imagen de Nuestra Señora de la Candelaria, que apareció en la Isla de Tenerife, con la descripción de esta isla”, así como a la “Exposición” en verso castellano del Salmo 41.
“Lagunas” sobre Espinosa.- En la revista Mundo Guanche se afirma que la biografía de Espinosa aún presenta ciertas lagunas. Asegura que nació en Alcalá de Henares en 1543 y que siendo niño se trasladó con su familia a Guatemala. “Allí haría profesión en la orden dominica y se vería influenciado por fray Bartolomé de las Casas”.
Agrega que viajó a España, pasó a Canarias, Tenerife, La Palma y Gran Canaria y que pidió permiso al obispo para investigar sobre el origen y los milagros de la imagen.
Posteriormente, según la publicación localizada en Internet, “sería sometido a un Proceso Inquisitorial que lo tuvo bloqueado en Las Palmas durante más de un año”. En 1594 se desplazó a Sevilla para publicar su Historia de la Candelaria, “siendo este uno de los últimos datos que poseemos sobre su vida”.
Desconoce la fecha de su muerte “y sobre el lugar de la misma solo podemos deducir que no fue en Tenerife ni en Guatemala”.
José Peraza de Ayala R. Vallabriga pondera a Espinosa y dice que la de la Candelaria “fue la primera historia del archipiélago que se imprimió, formando un libro dedicado exclusivamente a la isla de Tenerife y a la aparición de la Virgen de Candelaria, si bien por incidente se habla de las demás islas”. Confiesa ignorar dónde falleció.
Fray Alonso escribió en su libro: “Muchos años ha que allá en las remotas partes de la India… tuve de esa santa imagen noticia…” y Ayala observa: “Deducimos que cuando el padre Espinosa llegó a este archipiélago sería un hombre de edad madura, sino provecta”.
Este historiador juzga que la fecha de publicación que hace constar Nicolás Antonio “es un error”. “Se publicó en Sevilla en 1594”, dice
Biografías sobre Alonso significan: “Fue un sacerdote e historiador español del siglo XVI” y “Fue el primer cronista oficial de la isla de Tenerife”. De su historia de la Candelaria se han publicado varias reediciones.