Vulnerable en exceso a costos energéticos, República Dominicana confronta alzas en tendencia que le llegan en un momento de crisis por crecidos gastos por la pandemia y las secuelas para el Estado y la economía de los agudos encarecimientos en los transportes marítimos.

El panorama ha cambiado con el crudo de referencia subiendo un 1.83% a 82.71 dólares el barril ayer, con el carbón superando niveles históricos y el metro cúbico de gas natural elevado en un 180% después de haberse confiado en que adoptarlo sería de alivio para el país.

Esta embestida de cotizaciones que obliga a destinar más divisas a fines energéticos, ocurre cuando falta recorrer un buen trecho en el proceso de reducir la subordinación a combustibles fósiles e ir aprovechando las fuerzas del viento, la intensidad de los rayos solares y la motricidad del caudal de los ríos. Potencialidades de lo renovable e inagotable a las que todavía se podría recurrir en una mayor medida.

Con políticas que concedan preferencia a la explotación de las ideales fuentes alternativas debe allanarse agresivamente el camino que conduzca hacia máximos niveles de consumo de electricidad generada amigablemente con el ambiente bajo mucha agresión ya.

Las notables ineficiencias de fuentes tradicionales de combustión para diferentes fines de transporte deben ser combatidas abriendo paso a formas híbridas o exclusivamente eléctricas para alimentar motores y apostar al ahorro.