PARÍS. AFP. Botas y chaquetas de cuero: un espíritu motociclista y vaquero reinó este jueves en las pasarelas parisinas del prêt-à-porter femenino para el otoño e invierno próximos.
Con Chloé, el espíritu siempre bohemio que caracteriza a la directora artística Clare Waight Keller, volvió para esta colección con profusión de volados y efectos de transparencia. La ligereza contrasta con grandes pulóveres, pantalones cortos de cuero con costura aparente de conjuntos de motociclista.
La creadora británica se inspiró de la periodista y escritora francesa Anne-France Dautheville que recorrió el mundo en moto en los años 1970.
Para la ocasión, la pasarela se transformó en carretera: una invitación al viaje. Mujeres con grandes ponchos indios y capas o túnicas hippie con mangas desmedidas la recorren con sus botas sin tacones.
La tendencia motoquera, ya vista en Anthony Vaccarello el martes pasado, también apareció en Paco Rabanne, con llamas dibujadas en los hombros de una chaqueta satinada o sobre una musculosa. Cuatro de los modelos de esta colección del director artístico Julien Dossena se pusieron inmediatamente a la venta. Cierres, cintos y tiradores de inspiración deportiva también estuvieron presentes en la colección de Carven.
Las faldas son cortas, la cintura alta y se llevan con botitas acordonadas. Amplios chalecos con cuello de piel se llevan sobre chaquetas cortas. Alternativa: envolverse en un chal con flecos. El pantalón llega muy por encima de los tobillos, el cuello rompevientos alto es obligatorio.
Los capullos de Rick Owens. Vaqueras directamente desembarcadas del oeste americano irrumpieron en el colorido desfile de Manish Arora. “El tema era el folclore norteamericano, con algún toque de inspiración africana”, dijo Arora tras el desfile.
El próximo invierno será rudo, según Rick Owens, que presentó su desfile en un decorado de estacionamiento en cemento en un subsuelo del Palacio de Tokio. Para hacer frente a este entorno hostil, el diseñador norteamericano dispuso abrigados pliegues con sobreabundancia de materias, en una colección en la que la malla de lana mohair fue reina.
Los peinados recubren por completo el rostro de la mujer, bajo una cápsula protectora que recuerda los capullos de seda. Blancos, gris perla y chocolate dominan la paleta de esta colección postapocalíptica, con algunos modelos verde agua y botas de cuero altas por encima de la rodilla.