A dos años de su inauguración, sigue sin abrir sus puertas el más moderno hospital oncológico del país y de América Latina. Problemas técnicos y de personal lo han impedido.
Se trata del Instituto Oncológico Rosa Tavares, el cual tiene equipos valorados en casi US$40 millones, como tres aceleradores lineales para el tratamiento de la radioterapia del cáncer, cuya garantía está a punto de vencerse.
Para técnicos especializados consultados por HOY, constituye un crimen y una irresponsabilidad del Estado ante tantas personas que ameritan un servicio especializado para tratar la enfermedad.