Depende de la situación y de su nivel de comodidad, pero hay formas de minimizar el riesgo de contagio este Halloween.
Que se sienta cómodo saliendo a pedir dulces con sus hijos podría depender de factores como la tasa de contagio de COVID-19 en su zona o si las personas a la que se expondrán están vacunadas.
Pero el dulce o truco es una actividad al aire libre que facilita mantener la distancia física, apuntó Emily Sickbert-Bennett, experta en enfermedades infecciosas en la Universidad de Carolina del Norte. Para evitar que los niños se amontonen en una puerta, sugiere que los vecinos se coordinen para repartir los dulces.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades afirman que las actividades al aire libre son seguras durante estas vacaciones y piden evitar espacio muy lleno y mal ventilado. Si acude a una fiesta en el interior, la agencia dice que quienes no estén vacunados — incluyendo los menores que aún no pueden recibirla — deben llevar una mascarilla ajustada al rostro, no solo la del disfraz.
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En zonas donde la tasa de contagio es alta, hasta las personas vacunadas deben emplear barbijo en espacios cerrados. En general, para los niños es seguro tocar el timbre de una casa para recibir dulces porque el coronavirus se transmite fundamentalmente a través de gotitas generadas por la respiración, y el riesgo de infección por contacto con superficies se considera bajo.
Pero sigue siendo buena idea llevar desinfectante de manos que puedan utilizarlo antes de comer los dulces. Para los adultos es importante tener una mascarilla a mano al abrir la puerta para entregar los caramelos.
“Probablemente hasta que abra la puerta no sabrá cuánta gente hay, si llevan mascarilla, qué edad tienen, y cómo de bien mantienen la distancia con usted“, añadió Sickbert-Bennett. Otra opción si quiere ser más cauto: coloque recipientes de dulces lejos de la puerta principal.