En la opinión pública se afirma continuamente “la familia está en crisis”, lo que encuentra eco en  tomadores de decisión y  público en general.  Esta afirmación tiene como punto de partida un concepto de familia restringido a una sola estructura familiar, la familia nuclear, formada por padre-madre e hijos/as que se refuerza en nuestra constitución (2010) y excluye todas las unidades existentes que se estructuran a partir de la convivencia desde un espacio de residencia.

En la Antropología del Parentesco el punto de partida es totalmente distinto para el estudio de la familia. La familia se analiza como una estructura heterogénea con características, formas y estructuraciones que cambian según el contexto social y cultural. 

 Schneider (1984) plantea que “no puede darse por sobreentendido que el parentesco se basa en la biología, que la reproducción sexual crea vínculos sociales entre las personas, que la procreación establece nexos consecuenciales entre madres e hijos y que los vínculos genéticos posean significado invariable o cualidades distintas de los atributos sociales y culturales que le son asociados”.

El concepto de familia debe manejarse trascendiendo  las relaciones consanguíneas-biológicas hacia las distintas relaciones que existen en su interior que tiene como eje principal, la convivencia en un espacio de residencia.

Levi-Strauss no identifica una estructura familiar como única ni una definición universalizante de familia, mantenía una tensión con las intenciones de universalización de los elementos culturales “todo lo que es universal en el hombre corresponde al orden de la naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que está sujeto a una norma pertenece a la cultura y presenta atributos de lo relativo y de lo particular” (1985).

En el planteamiento de Levi-Strauss se establece una ruptura con la universalización de la cultura y el establecimiento de las diferencias que son relativas a cada sociedad. No es posible hablar de familia-modelos o familias ideales” como se le atribuye a la familia nuclear (padre-madre e hijos/as) es una pretensión que rompe con la misma naturaleza social y cultural de las familias. 

En nuestro país  existen distintas estructuras familiares además de la familia nuclear, como son: las familias monoparentales (formadas por madre-hijos/as o padres-hijos/as) extensas (abuelas/os-tías/os-nietas/os), ampliadas (sin relaciones consanguíneas en su interior como ocurre con las personas en situación de calle) y unipersonales. Todas las personas pertenecen a algún tipo de familia y no se puede afirmar que existen niños/as, jóvenes o personas sin familias. No hay “familias en crisis” sino la ausencia de un modelo único de familia que no solo responde a la actualidad sino a toda nuestra historia social.