Esta no es una carretera

Esta no es una carretera

POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
¿Es evidente no? No es una carretera, aunque los destrozos son los mismos que cuando se traza una carretera a través de un manglar. Y eso sí que era esto que ven en la foto. Este fue el proceso de eliminación del manglar de Bayahibe, en 1998, en terrenos del Parque Nacional del Este, donde se construyeron unos hoteles que hasta les han dado unos famosos «botones verdes» y «banderas azules» por su contribución a la conservación y a la ecología.

Lo bueno del asunto es que así va la cosa en el mundo del turismo de la República Dominicana. Primero llegan, se cargan el entorno, se visten de ecologistas, y luego se convierten en adalides de la conservación, en líderes del movimiento ambiental, los que dicen qué es lo que se debe hacer y qué no. Y de paso, desacreditar a todo el que no les simpatice o les haya señalado como lo que son. Con ese propósito utilizan todos los recursos que destinan como empresas para sus «relaciones públicas», «imagen corporativa» y «difusión de actividades».

Pero si ustedes creen que eso fue todo se equivocan. Previamente al arrase de varios kilómetros cuadrados del manglar de Bayahibe, también secaron la Laguna de Bayahibe. Construyeron una zanja de casi un kilómetro de largo para drenar la laguna que había dejado en seco al manglar y a toda la fauna que la habitaba: cerca de 20 especies de aves, varias especies de crustáceos, moluscos, peces; y un par de cientos de especies de insectos.

Creo que poniendo cada cosa en su lugar, les dieron el «botón verde» por arrasar el manglar, y la «bandera azul» por secar la Laguna de Bayahibe. Pero están esperando otro premio: en del arrase arqueológico.

Esta zona de Bayahibe, con una enorme laguna y un inmenso manglar, fue lugar de vivienda de un grupo aborigen de la cultura Taína, que utilizaba el mar como recurso de pesca y el manglar y la laguna como alternativa para la recolección de sus productos lacunares y la caza de aves.

Pues en la arrasadera de Bayahibe se llevaron un sitio arqueológico riquísimo, con enterramientos y todo, con información que nunca va a poder recuperarse por más «botones verdes» y «banderas azules» que les den a esos hoteleros que ahora son ambientalistas, «defensores» de las cavernas, «opuestos» a la venta del Parque Nacional del Este y «profundos admiradores» de la cultura Taína. ¡Oye, cuánto se parece eso al Descubrimiento de América!

Para ayudar a la memoria ecológica de los dominicanos (y los extranjeros) se está preparando un documental con todo ese material que fue filmado por el Equipo Ambiental de la Academia de Ciencias y el equipo «Ecosistema Catorce». Quedará tan mono que hasta lo enviaré a la próxima bienal de artes visuales el año que viene.

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Hay una pequeña diferencia

Entre esos dos contenedores de la foto hay una pequeña diferencia en el contenido. Una diferencia que crece a medida que crece el consumo. Se trata de gasoil, que para el caso que vamos a tratar puede ser gasolina también, en cualquiera de sus tipos.

El asunto es que decidimos hacer una prueba de consumo de combustible en relación con el llenado del depósito, del tanque. Colocamos 400 pesos de gasoil en cada recipiente, con una diferencia. En uno de los recipientes echamos todo el gasoil de una sola sentada. En el otro recipiente echamos 100 pesos en cuatro estaciones diferentes, pero del mismo tipo de gasoil.

El resultado fue que se recibe menos combustible cuando se pone por pequeñas cantidades. Es decir, si usted echa cien pesos cada vez que el marcador del combustible le amenaza, usted está perdiendo dinero. Y se pone de 50 en 50 pierde más. Si usted tuviera todo el dinero que necesita no fuera problema, pero imagino que usted y yo estamos en las mismas condiciones. De manera que lo más aconsejable para los dueños de vehículos es llenar el tanque, y reponer el combustible gastado por lo menos cuando el marcador llega al cuarto de tanque. LLenarlo de nuevo. Así se estará economizando un buen dinero al año.

Yo no calculé cual es la diferencia exacta en cantidad y dinero, pero digamos que es un décimo de galón cada 400 pesos. Eso significa que cuando usted haya consumido 4 mil pesos echando de cien en cien, habrá perdido un galón de combustible.

No parece mucho, pero calcule que solamente en un mes un vehículo de gasoil de cuatro cilindros puede consumir algo más de 5 mil pesos. Eso significa que en un año usted habrá perdido cerca de 13 o 14 galones de gasoil. Pero además, tome en cuenta que el combustible va subiendo, lo que significa que será mucho más lo que estará perdiendo. Y si es gasolina es mucho más dinero el que se pierde.

Lo mejor será siempre llenar el tanque completamente. De todas maneras usted tiene que mantener su vehículo funcionando, tiene que echarle combustible. Entonces, lo más indicado es que haga el esfuerzo, junte el dinero y póngale todo el combustible. Como dice la gente del pueblo: «se acordará de mí».

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¿Cómo que no hay interés?

Según la información suministrada por los encargados de subastar el helicóptero de Quirino Paulino, el famoso «Colibrí», la subasta fue declarada desierta porque a nadie le interesó hacerse con dicha máquina voladora.

Entonces, ¿a la Policía Nacional no le interesa un helicóptero para la lucha contra la delincuencia? ¿A la DNCD no le interesa un helicóptero para combatir al narcotráfico? ¿AMET no necesita un helicóptero para la organización del tránsito? ¿La Secretaría de Medio Ambiente no quiere un helicóptero para la vigilancia de los Parques Nacionales y la prevención de incendios forestales? ¿La Marina no se interesa por un helicóptero para prevenir los viajes ilegales a Puerto Rico? ¿A la Defensa Civil no le vendría bien un helicóptero para la prevención de accidentes en Semana Santa y otras fiestas catastróficas? ¿La Cruz Roja no merece un helicóptero para su asistencia y servicio en desastres y accidentes? ¿Los bomberos no quieren un helicóptero para combatir incendios desde el aire o trasladar heridos de incendios o rescatados en el mar?

Por otro lado, ¿ningún canal de televisión necesita aquí un helicóptero para mejorar su programación: transmitir persecusiones en carreteras, redadas en los barrios, desbordamientos de ríos, condiciones del tránsito, infidelidades de los famosos o superfiestas y superconciertos?

Y la pregunta del millón de dólares: ¿Quién va a cobrar lo que se pague por el «Colibrí», Quirino o el Estado?… y otra pregunta de menos de un millón de dólares: ¿No fue comprada esa nave con dinero del narcotráfico?… y una pregunta de cincuenta centavos de dólar: ¿No se puede organizar un maratón popular para comprar el «Colibrí» y regalárselo a Medio Ambiente para evitar los incendios forestales de la próxima temporada de sequía?

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