A propósito de Claudia Sheinbaum, ¿está o no RD preparada para que gobierne una mujer? Expertos detallan las razones

A propósito de Claudia Sheinbaum, ¿está o no RD preparada para que gobierne una mujer? Expertos detallan las razones

Luego del aplastante triunfo de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales de México el pasado domingo, que la convirtió en la primera mujer presidenta de su país, vuelve a emerger la pregunta de si República Dominicana está preparada para ser gobernada por una fémina.

El periódico Hoy consultó a varios expertos sobre la interrogantes, quienes coincidieron en que el país ya cuenta con las condiciones para que una mujer sea la primera figura del organigrama estatal.

Belarminio Ramírez, politólogo:

El pueblo dominicano es uno de los primeros en América Latina que se preparó para tener a una mujer como presidente de la República. La forma precisa para determinar si un pueblo está preparado o no para algo es midiendo las simpatías y el deseo. Cuando un pueblo valida el liderazgo femenino significa está preparado para ser gobernado por una mujer.

En los años 90 una mujer (Milagros Ortiz Bosch) fue uno de los liderazgos más populares de la historia. En las elecciones de 1994 Milagros fue candidata a senadora del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en el Gran Santo Domingo y obtuvo todos los votos de José Francisco Peña Gómez, candidato presidencial del PRD, y más de la mitad de los votos de Joaquín Balaguer, candidato ganador del Partido Reformista Social Cristiano.

La batalla entre reformistas y perredeístas era intensa, pero sin embargo, Milagros Ortiz Bosch tenía agrado en ambas militancias.

La dirigencia del PRD por machismo y miopía no supo leer el fenómeno en que se convirtió Milagros Ortiz Bosch, y, en vez de proclamarla candidata presidencial en el 2000 lo que hicieron fue ponerle escombros en el camino.

La votación obtenida por Milagros Ortiz Bosch en 1994 es la prueba más fehaciente de que el pueblo dominicano estaba preparado para ser gobernado por una mujer.

Con Margarita Cedeño en el 2016 se dio lo mismo, pero su esposo Leonel Fernández prefirió apoyar una reforma constitucional, para que Danilo Medina siguiera y él retornar en el 2020, en vez de casarse con la gloria contribuyendo a que su esposa se convirtiera en la primera mujer presidente de la República Dominicana.

La República Dominicana está preparada desde los años 90 para ser gobernada por una mujer. Quienes no están preparados son los dirigentes de las cúpulas partidarias que cuando ven que una mujer concita el respaldo mayoritario se asocian en su contra para cerrarle paso.

Después de los obstáculos que le pusieron a Milagros y Margarita no se ve en el horizonte la posibilidad de que en la próxima década pueda emerger otro liderazgo femenino de esa estirpe con posibilidades de ganar unas elecciones.

Olaya Dotal, politóloga

El pueblo dominicano ha demostrando que vota por mujeres, como lo han demostrado los casos de doña Milagros Ortiz Bosch, Faride Raful y Carolina Mejía.

El obstáculo de las mujeres son los partidos políticos, con sus mecanismos de selección de las candidaturas y la distribución de los recursos.

Por tanto, el obstáculo de las mujeres no es la voluntad del pueblo dominicano, sino los propios partidos políticos.

Mildred Charlot

Tenemos que estar conscientes de la necesidad de hacer cambios de creencia modificación de patrones, por ejemplo: nunca he escuchado un político que le pregunten cómo se divide él entre el tiempo de la política, de sus quehaceres, y también el tema de su hogar.

Entonces, si queremos una equidad, también el hombre como la mujer han de tener errores que tanto en la parte de su vida política pública y también en el rol de su vida privada lo que concierne al lugar; entonces, por el sentido general, sí las mujeres tenemos las herramientas y la preparación para ser presidenta de la República Dominicana y en el momento que sea, enhorabuena.

Iván Gatón, internacionalista

Sí. Debemos tomar en consideración que el problema en los países de América Latina no es el sexo de quienes ejercen el poder, sino la institucionalidad, que es la estructura que permite un ejercicio más eficaz de las obligaciones de un estado de derecho.

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