Por los imparables aumentos de precios a nivel mundial, no obstante estar a distancia de completarse la recuperación económica global y volver al estado de la economía en 2019, esta semana los cuatro grandes bancos centrales del globo podrían redefinir su política monetaria. Mañana martes se reúne la Junta de la Reserva Federal, el jueves la del Banco Central Europeo, luego el Banco de Inglaterra y Banco de Japón.
Por choque de oferta la inflación en nuestro país se ubicó en 6.56% en los primeros diez meses de 2021, menor a la media de 9.4% de países latinoamericanos, del 6.8% en Estados Unidos en noviembre, nivel que no sea veía desde hace 39 años, y superior al 4.9% en noviembre de la zona euro, la tasa más elevada desde que se creó el área monetaria común en 1999.
Bajo fuerte incertidumbres sobre la evolución de los precios, para Christina Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, se estabilizan a mediados de 2022, y para los conservadores tomará más tiempo, decidirán si continua la compra masiva de deuda sin cambio en el precio del dinero, endurecen la política monetaria o buscan una fórmula intermedia. La urgencia es por los alimentos, lo caro que resulta comer en cualquier parte del mundo, en su origen aumentaron 30% en un año, según la FAO. Y por el mensaje que envía el aumento de la inflación subyacente, que mide los precios exceptuando alimentos, petróleo y derivados, que la inflación general se está trasladando a los demás sectores.
En noviembre la Reserva Federal estadounidense comenzó a reducir las compras extraordinarias de deuda activadas en marzo 2020, lo que está por verse es si esta semana se inclina por tratar de sofocar la inflación aumentando el precio del dinero, lo que sería poco útil para resolver factores claves que presionan la inflación al alza, me refiero a los cuellos de botella en las cadenas globales de suministro, y al encarecimiento del petróleo y alimentos.
El aumento de los tipos de interés pondría en peligro el crecimiento de la economía mundial al terminar la política fiscal expansiva sin precedente desde la Segunda Guerra Mundial, haciendo difícil que gobiernos, empresas y familias puedan cumplir con el servicio de la enorme deuda acumulada. Mi opinión es que, por las razones citadas, esta semana no aumentan el precio del dinero.
Termino esta nota señalando que nuestra política monetaria nunca perdió el rumbo, por eso los datos son excepcionales, hablan de lo bien que estamos saliendo de la crisis. En el tercer trimestre de 2021 recuperamos el PIB que perdimos en 2020, y con un crecimiento alrededor de 12% se reduce significativamente la deuda pública como proporción del PIB. Permitió que, en agosto, cuando la inflación subió ochenta y cuatro décimas respecto a julio, y como no ralentizaba el crecimiento económico, nuestro Banco Central iniciara el proceso de normalización de la política monetaria, continuando en noviembre con el alza de cincuenta puntos básicos de su tasa de referencia.
El mayor PIB per cápita, exportaciones diversificadas y acumulación de reservas internacionales, fueron razones citadas por Standard & Poors y Fitch Ratings para mejorar a estable la perspectiva crediticia del país, y para Fitch mantener la calificación crediticia en BB-.
Mañana martes es que se reúne la Junta de la Reserva Federal
En noviembre la Reserva Federal de EU comenzó a reducir compras
Termino: nuestra política monetaria nunca perdió el rumbo