Estabilidad del dólar
Abre puerta ancha de la economía

Estabilidad del dólar<BR><STRONG>Abre puerta ancha de la economía</STRONG>

POR CLAUDIO CABRERA
Preocupados por la tendencia que tradicionalmente se observaba en los países de América Latina y el Caribe, donde los ciclos electorales originaban choques internos a las economías emergentes, al final del 2005 el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuestionó la cercanía de los comicios presidenciales y congresionales espaciados en sendos períodos bianuales cuya tendencia, como era de costumbre, arrastraba el gasto público hacia un desbordamiento que se les iba de las manos el Poder Ejecutivo y a los diseñadores de los programas monetarios y económicos.

En su estudio sobre la “América Central: Integración Global y Cooperación Regional”, el organismo multilateral destiló esta bien fundada preocupación, tomando en cuenta, sobre todo, el historial de flujos y reflujos económicos que varias resacas electorales habían dejado al final de los comicios celebrados en países como la República Dominicana.

Pero a la luz de los resultados económicos recientes, todo indica que la cosa ha cambiado. Justo al concluir el primer trimestre del ejercicio económico dominicano en lo referente al desempeño fiscal, monetario, cambiario y de precios, estos temores se han revertido al exhibir la economía un ambiente de estabilidad propicio para continuar el crecimiento en el corto plazo.

De todos los agregados monetarios, la tasa de cambio del dólar norteamericano es el que mayores créditos puede ofrecer sobre su comportamiento.

Los datos del Banco Cenital revelan en tal sentido que las tasas sufrieron una ligera subida al comenzar el mes de enero de este año respecto a diciembre del 2005. A diciembre las tasas se mantuvieron en RD$33.12 en compras promedios y en RD$33.39 en el tramo de ventas en promedio, según los datos.

Al mes de enero, estas cotizaciones subieron ligeramente y se situaron en RD$34.56 por us$1.00 para las compras y en RD$34.83 para las ventas al público. Esta tendencia se mantuvo estable en el transcurso del mes de febrero subsiguiente en que los registros indican que las tasas estuvieron en alrededor de los RD$34.17 porus$1.00 para la compra y de RD$34.44 para las ventas promediadas.

Pero al concluir el mes de febrero, ya las cotizaciones empezaron a ceder para caer en todo el mes de marzo pasado con cotizaciones promedios de RD$32.56 por US$1.00 para la compra y establecer las ventas en RD$32.84, todo ello en medio del inicio de una campaña electoral “de medio término” como se le suele denominar.

Las proyecciones son de que en el transcurso del año las posibles altas y bajas podrían ser poco apreciables, en vista de la robustez de que ha ido acompañado el actual proceso de recuperación, lo cual ha implicado un crecimiento sostenido para la economía.

Acorde al gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, esta baja es atribuida al exceso de divisas que ha propiciado el gran flujo de capitales provenientes de la inversión extranjera directa, lo cual se verifica por la generación de confianza que ha permitido al país atraer grandes negocios corporativos.

Igualmente se atribuye el auge de la existencia de la moneda extranjera al aumento en las remesas y al repunte del turismo dominicano.

Por la  estabilidad

Un efecto que trae aparejado el actual proceso, a pesar de tratarse de un año electoral, es que las políticas monetarias y cambiarias con profundas resonancias macroeconómicas están surtiendo los efectos esperados, tal como muestran las consecuencias de las políticas coordinadas por el equipo económico gubernamental y el Banco Central.

Resultado directo ha sido el haber evitado la profusión de liquidez a la economía de manera incontrolada y sin que los fondos colocados llegasen a beneficiar a la producción real, originando un efecto nocivo sobre las tasas de cambio, la estabilidad monetaria y de precios, así como sobre el equilibrio fiscal.

De hecho, desde que inició el año, el Banco Central viene registrando mínimas subidas en las tasas de inflación con la consecuente y moderada resonancia en los precios, según arrojan los propios datos oficiales de la institución monetaria.

Aunque la inflación subió ligeramente en enero en un 1.55% respecto a diciembre del 2005 debido al impacto en el alza de los combustibles, la energía eléctrica y el transporte, y a la extensión de la base del ITBIS hacia algunos rubros, la inflación anualizada fue muy inferior al del mismo período del año previo.

El registro del Banco Central al mes de febrero indica que el Indice de Precios al Consumidor (IPC) fue de -0.12% con respecto a febrero anterior, en lo que influyó una mayor oferta de la canasta agropecuaria, así como la caída en los precios de los combustibles.

Esto permitió al Banco Central proyectar el cumplimiento de la meta en la tasa de inflación, la cual oscilaría entre un 6% y 8%.

La inflación proyectada para todo este año 2006 se mantendría por debajo de los dos dígitos, tal como establece el programa monetario acordado con el FMI para este año.

Durante el año 2005 la tasa anual fue de un 7.4%, lograda por primera vez tras la crisis del 2003-2004.

Estos resultados permiten proyectar que para el final del año en curso el crecimiento económico del país sería igualmente bastante promisorio, a pesar de una cifra conservadora asumida por el Banco Central, institución que adelantó un nivel de 5.5% del PBI para los próximos12 meses.

Esta es la razón por la cual al progresar el proceso económico los gobiernos, políticos y hacedores de la política económica en República Dominicana y en el área, se ha ido desvirtuando la teoría de la infalibilidad de algunos gobernantes que antes se consideraban por encima de la ciencia.

Las varitas mágicas, los cuadernillos y las gavetas no son suficientes ya para contener el desbordamiento de las crisis que tradicionalmente provocaban los desaciertos que en materia de política económica los pueblos de la región debían pagar en forma de alto costo de la vida, abultamiento de la deuda externa en una suma de dificultades añadidas por los desaciertos de las dirigencias en estos países.

El resultado final era la “solución malthusiana” de que en los países como el nuestro una élite sobrevivía a los desaciertos de políticas económicas insostenibles, mientras una gran mayoría recibía el impacto directo de las desbocadas políticas originadas, sobre todo, entre la población más pobre.

Tras meditar profundamente luego de los ciclos de choques internos y externos con que se ha confrontado el país desde principios y fines de los años 80 hasta el último ciclo agónico del 2003-2004, la sapiencia ha buscado su lugar en las decisiones gubernamentales, por lo que la inteligencia comienza a dar sus primeros frutos positivos.

La apuesta del dólar
Las primeras consecuencias de la aplicación de estas nuevas modalidades de política económica para propiciar la estabilidad económica sostenible empezaron a evidenciarse al final del 2004 y en el transcurso del pasado 2005 mostraron sus efectos beneficiosos al mantenerse la estabilidad macroeconómica sin los tradicionales sobresaltos.

Dentro del contexto de la segunda revisión del programa  económico pactado entre las autoridades dominicanas con el FMI a ser evaluado luego del primer trimestre del 2006, el organismo multilateral ponderó el ambiente de estabilidad y las proyecciones que para todo el resto del año presentaba la economía.

No obstante, algunos funcionarios del organismo como Guy Meredith, plantearon la necesidad de que al paso del período electoral que concluirá el próximo 16 de mayo no lesione los positivos resultados registrados mediante la recuperación económica que implicó un alto crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) de un 9.3% al año pasado.

A esto se refería el estudio del FMI de fines del 2005 cuando planteaba que a pesar de los progresos en materia política, aún se observaban fallas en el proceso político que dificultan la aplicación sostenida de políticas económicas sólidas.

Pero el más claro ejemplo de que el país transita ahora por otro camino lo constituye el comportamiento de la tasa de cambio del dólar en el mercado.

Empeñados en agenciar votantes para sus organizaciones en el transcurso de las campañas electorales, los gobiernos y las autoridades, olvidando sus responsabilidades y las repercusiones que a nivel macroeconómico implicaban sus desproporcionados desatinos, permitían un desbordamiento sin límites del medio circulante fuera del contexto que impone la racionalidad económica.

Esto, a su vez, arrastraba en el corto plazo la pérdida de la confianza por parte de los agentes económicos, inversionistas extranjeros y locales, mientras constreñía las decisiones de promover nuevos negocios en tanto el país se colocaba bajo la lupa de las instituciones multilaterales del exterior.

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