POR GERMAN MARTE
Si bien el país ha logrado una estabilidad económica que se expresa en una tasa de cambio sin sobresaltos y una inflación muy por debajo del 10%, todavía los precios de los artículos de consumo diario no han llegado a los niveles que todos esperaban, lo cual ha provocado una merma en la capacidad de compra de los asalariados, sobre todo los de menos ingresos.
Pero de acuerdo con algunos economistas, ni la eliminación del recargo cambiario y la factura consular han logrado reducir los precios de la comida; mientras, el costo del transporte público se ha disparado fruto de las alzas continuas en los derivados del petróleo. Asimismo, en los últimos meses han aumentado los servicios básicos como el teléfono y la electricidad.
Y todos estos factores se han traducido en una reducción del poder de compra de la población, por lo cual se hace necesario un aumento general de salarios. Esta valoración es compartida por los economistas Alfonso Abreu Collado, y Porfirio García Fernández, ex rector de la UASD, así como los sindicalistas Gabriel del Río Doñé, secretario general de la CASC, y Rafael Pepe- Abreu, de la CNUS, quienes estiman impostergable un reajuste salarial como forma de resarcir la capacidad de compra de los dominicanos.
Al respecto, el secretario de Trabajo, José Ramón Fadul, expresó que un aumento salarial dependerá de lo que diga el presidente de la República, en su momento el Presidente va a dar la información si es pertinente o no un aumento salarial y si el Estado dominicano tolera un nuevo aumento en términos inmediatos, pero estoy seguro que su deseo es que haya aumento salarial.
Abreu Collado dijo que por suerte en los últimos dos años se ha logrado cierta estabilidad y que la inflación haya estado por debajo del 10%, aunque hay renglones como el transporte y los combustibles que cada vez que suben afectan el salario de los más pobres.
En tanto que a juicio del ex rector García Fernández, se impone una revisión de los salarios tanto del sector privado como del público, y aseguró que un aumento de sueldos en estos momentos, contribuiría a reanimar las actividades comerciales del país. Un reajuste de sueldos bien aplicado permitirá estimular una demanda inducida, que es también lo que se debe perseguir para el sector productivo, dijo el economista.
Explicó que si bien la tasa de inflación se ha mantenido más o menos controlada en 3.5% en los últimos seis meses, hay factores externos que inciden en una disminución de la capacidad de compra de los asalariados, a través de factores externos, básicamente por el problema del petróleo que ha incidido en el costo del transporte y en muchos productos. García Fernández estimó que procede una revisión de los salarios del sector público, pues hace casi dos años que se hizo el último aumento. Ciertamente la capacidad de compra de la población aún no ha sido compensada, si se toman en cuenta los niveles de inflación de los últimos cinco años, manifestó el economista, quien dijo que un incremento de sueldos estimularía la demanda porque habría una mayor capacidad de compra.
Mientras que Abreu Collado resaltó que uno de los problemas fundamentales del país es la inequidad social, pues mientras la economía ha ido creciendo por encima del promedio de América Latina, los beneficios se han quedado en las capas más altas de la población, pero no llegan a los pobres, y eso se ha reflejado en los salarios que no han logrado seguir los incrementos de precios generales de la economía.
Opinó que hasta que no que se logre redistribuir el crecimiento económico, no terminarán las disparidades que se registran en el país.