El secretario de Hacienda sugirió que en el contrato de venta de las estaciones de combustibles de la Shell se establezca el compromiso de que los adquirientes compren los derivados del petróleo a la Refinería Dominicana de Petróleo, para garantizar al Estado un horizonte de largo plazo.
Vicente Bengoa recordó que cuando el Estado compró las acciones de Shell en Refinería, y esa empresa extranjera anunció que vendería la distribución, quedó muy claro que el negocio de la venta de combustibles al detalle quedaba íntimamente vinculado a la compra de sus acciones.
Esto así, según Bengoa, porque si nosotros (el Estado) compramos las acciones, y resulta que Shell le vende (la distribución) a otra compañía, y esta a su vez no le compra los derivados a la Refinería, entonces se ha hecho un negocio con posibilidades de que (la Refinería) quiebre, debido a la importancia que tiene la Shell en la distribución, pues cuenta con 186 estaciones, lo que quedó evidentemente claro.
Bengoa dijo que cuando el representante de Shell en el país, Rafael Maradiaga, le confirmó la venta de la distribución, así se lo advirtió y se lo comunicó a los compradores, para que se reunieran en la secretaría de Hacienda, para hacer las precisiones de lugar.
Maradiaga le explicó que la venta de la distribución de la Shell es un acuerdo en principio, ya que todavía faltan algunas cosas, para que sea definitivo. Dijo que la negociación de la venta de la distribución de la Shell se hizo con los directivos en Houston del Grupo Sol, con la participación de otras empresas dominicanas.
Explicó que el grupo Sol es una compañía extranjera que ha hecho negocios en Puerto Rico y en otros estados norteamericanos, y le está comprando a Shell y a Esso la parte de la distribución, porque parecer que ellos se van a dedicar a la distribución de combustibles en Centroamérica.
De todas maneras, Maradiaga va a decirles a ellos que vengan aquí a la secretaría de Hacienda a conversar con nosotros y con la Refinería y con una comisión que nombró el Presidente (Leonel Fernández), que es la que tiene que ver con todo lo que se refiere a la compra de las acciones de la Refinería y la venta de las acciones a Venezuela, expresó Bengoa.
El funcionario comentó que el Estado debe asegurar con la compra de las acciones de la Refinería un horizonte de largo plazo, y que, por lo tanto, quien compre el negocio de distribución de La Shell debe garantizar que le van a seguir comprando a la Refinería esos productos que distribuía La Shell porque, si no, el negocio (que hizo el Estado, que compró las acciones de Shell en Refinería) es muerto.
Bengoa hizo estos planteamientos a esta sección Economía de Hoy, y dijo que hacía la aclaración porque la operación había salido a la luz pública, pues, de lo contrario, no habría hablado del tema.
Las claves
1. La condición
Bengoa explicó que si al vender la Shell el negocio de la distribución, el comprador no asume el compromiso de comprarle a la Refinería, ésta sería enormemente perjudicada con la operación, caso en el cual el Estado tendría que oponerse a un acuerdo en ese sentido.
2. Contrato a largo plazo
O sea, que debe haber un contrato a largo plazo para que esta distribuidora le siga comprando a La Shell. En otras palabras, quedó claro cuando nosotros compramos las acciones y Shell anunció que iba a vender la distribución, que la venta de la distribución era un negocio que estaba íntimamente vinculado a la compra de las acciones por parte nuestra.