Estado emocional de la ciudadanía

Estado emocional de la ciudadanía

Mientras se desplazaba por una de las vías principales de Santo Domingo, un conductor golpeó la parte trasera de un vehículo.
El propietario del auto se dirigió hacia él y, sin pronunciar palabras, lo mató a tiros de pistola.
Este tipo de caso se repite mucho en República Dominicana. Y en diversas circunstancias y situaciones.
No hace mucho un hombre mató a varias personas en medio de una discusión por unos terrenos en la parte norte de la capital.
Claramente esto indica que en la sociedad dominicana hay mucha ira, enojo y raíz de amargura.
Y esto hace de las calles un ambiente muy peligroso. Nadie está a salvo.
Esta actitud es como una bomba mortal que está dentro del corazón de muchas personas. Solo basta con tocar los intereses de forma negativa para que estalle.
La situación económica incide en este comportamiento. Los ciudadanos, especialmente los padres de familias, viven en un estado de incertidumbre en cuanto a trabajo y garantía en la condición de vida.
Esto se agudiza con la ineficiencia de un Estado que no ayuda a alivianar las cargas. Los servicios funcionan precariamente. No hay agua, energía eléctrica, servicio médico…
Es un sobrevivir a duras penas.
Los ministros de gobiernos, la gente de poder y de dinero irritan al pueblo con sus actitudes de prepotencia, control y de exhibicionismo de riquezas apabullantes y, hasta, mal habida.
No se ve humildad y, mucho menos, un sentimiento humanista y de amor al prójimo.
Los ricos y políticos desprecian a los pobres y los usan solo a conveniencia y explotación.
Muchos medios de comunicación azuzan este panorama.
En las opiniones hay mucha ironía, manipulación, ambición y palabras hirientes.
Y lo que más se resalta es lo negativo.

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