Estado y gobierno

Estado y gobierno

Desde las sombras de la ignorancia surge con un mágico esplendor  la silueta de la ciencia gracias al contraste que le brinda la luz del conocimiento. La más elemental forma de vida, la bacteria, se reproduce así  misma gracias a la información de herencia guardada en  su molécula genómica.

Ese mismo código es quien modela la estructura del cuerpo ciliar de los espermatozoides que mueven a este último a buscar y penetrar un óvulo de cuya conjugación  proviene cada ser humano. Esa información hereditaria codificada químicamente es común a todas las especies vivientes. Lo que diferencia a un reptil de una rata, zorro, león, buey, burro o caballo de un hombre o mujer es que nosotros  aparte del genoma transmitimos y grabamos una memoria histórica creciente que se pasa enriquecida a futuras generaciones por medio del lenguaje escrito.

Ello es lo que nos permite llamar una información almacenada guardada por dos generaciones  pero con vigencia para comprender hechos que acontecen en la historia reciente. Cuando Juan Bosch fundó el Partido de la Liberación Dominicana insistió en darle una sólida formación política a sus miembros. Para ello creó los Círculos de Estudios que contenían una serie de folletos  donde se establecían conceptos básicos indispensables para el análisis y comprensión de la realidad social dominicana. Bosch ampliaba esas conceptualizaciones  con libros como es el caso de El Estado, sus orígenes y desarrollo.

En dicha obra don Juan expresa: “El Estado es el aparato permanente de poder público en cuyas estructuras se acumula el monopolio de la violencia de toda la sociedad nacional, sea esa sociedad grande o pequeña, poderosa o débil, rica o pobre. La creación del monopolio de la violencia es lo que garantiza el dominio totalizante de la clase dominante de un país y debería garantizar también la independencia. El  aparato del Estado se forma, en primer lugar, con las fuerzas militares, policiales y cuerpos de investigación que están al servicio de esas fuerzas, y después con la organización civil llamada burocracia, esto es, el conjunto de empleados públicos que sirven en los órganos políticos…

En los países del Tercer Mundo el Estado se confunde con el gobierno, pero el gobierno es sólo el administrador del Estado, no el Estado mismo. El gobierno tiene la facultad de hacer cambios en las personas que desempeñan funciones en el aparato del Estado, sean ellas militares o civiles de cualesquiera categorías, pero no puede desmantelar ese aparato sin provocar hechos graves”.

Eso que el fundador del PLD escribió hace casi cuarenta años sigue siendo una verdad de Perogrullo.  Para agosto de 2011 se habrán cumplido siete años de gobierno peledeísta ininterrumpido y en mayo de 2012 la sociedad en su totalidad juzgará nuestro desempeño gubernamental  a través del voto popular. En las urnas se sabrá el balance final del inventario  al gobierno morado. Así como el espermatozoide no desvía su ruta llegando certero hasta la conjugación con el óvulo, los peledeístas deberíamos reorientar nuestros pasos y volver a la vía del reencuentro con el pueblo que tantas esperanzas ha cifrado en nosotros.

“Servir al partido para servir al pueblo”, así lo enseñó el maestro. Y los alumnos, ¿aprendimos? Nunca es tarde si la vida dura, aprendamos. Juan Bosch sigue siendo el guía.

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