ROBERTO CASADO HUGHES
Albert Einstein, la personalidad más relevante de la ciencia contemporánea, en su teoría general de la relatividad, predice que en el estado inicial del universo tuvo que haber habido un estado de densidad infinita, el Big Ban, que habría constituido un verdadero principio del tiempo.

De la misma manera, como las leyes de la gravedad son incompatibles con la perspectiva de un universo estático, se prevé que la fase expansiva en que nos encontramos en estos momentos concluya algún día, dando inicio a una fase recontracción que termine en otro estado de densidad infinita llamado Big Crunch. En otras palabras, el universo iniciaría en un agujero negro o singularidad (región de densidad infinita) y terminaría en otro similar (aproximadamente dentro de diez mil millones de años), en un aparente ir y venir eterno.

Como todas las leyes conocidas de las ciencias fallarían en ese estado de densidad infinita y de curvatura del espacio tiempo infinita, se ha pensado que una teoría cuántica de la gravedad (combinación de la teoría general de la relatividad con la mecánica cuántica) podría ser la solución a este dilema.

Stephen Hawking, otro coloso de la física teórica, en su libro “Historia del tiempo” plantea la posibilidad de que semejante teoría se logre” dentro del período de vida de algunos de los que hoy estamos aquí”.

Dos razones parecen alentar el optimismo de Hawking: la gravedad y la energía de Plank las cuales, según él, habrán de poner un límite a la sucesión de teorías y crear por consiguiente una definitiva. “Si hubiese una partícula – dice – con una energía por encima de lo que se conoce como Energía de Plank, diez millones de billones de GeV (un uno seguido de diecinueve ceros), su masa estaría tan concentrada que se amputaría ella misma (por efecto de la gravedad, por supuesto) del resto del universo y formaría un pequeño agujero negro, por tanto, debe existir alguna teoría definitiva del universo”, concluye.

Como observarán, “agujero negro” parece ser la frase “mágica” con la que los científicos definen el límite de lo grande y lo pequeño, de la relatividad y la cuántica, el final de la física, en fin, el alfa y omega del macro y micro mundo, pero…¿qué hay más allá de ese límite? Se preguntarán ustedes.

Como ya se dijo antes, en la singularidad de un agujero negro, tanto las leyes de la ciencia como su capacidad de predecir el futuro fallarían totalmente, por lo que resulta imposible responder esa pregunta.