Fiel a su papel de primer proveedor de ayuda militar a Israel, Washington se moviliza. Desde el sábado por la mañana, los responsables estadounidenses intensifican las conversaciones con sus homólogos israelíes para responder lo mejor posible a sus necesidades. El presidente Joe Biden volvió a prometer que se hará todo lo posible para que «Israel pueda defenderse».

Biden anunció que la ayuda inicial a las fuerzas israelíes ya está en camino. Equipos, suministros y municiones, según informó el Pentágono en un comunicado. Esta ayuda ya estaba prevista como parte de los 3.000 millones de dólares de apoyo militar que Washington proporciona cada año a los israelíes.

El Secretario de Defensa estadounidense también anunció que Estados Unidos reforzaba su presencia militar en la región. Se ha ordenado a varios buques de guerra y a un portaaviones estadounidense que se posicionen en el Mediterráneo oriental. También se ha incrementado la presencia de aviones de combate.

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Todo ello «refuerza la postura del Departamento de Defensa estadounidense en la región», declaró Lloyd Austin, añadiendo que «Estados Unidos mantiene sus fuerzas globalmente preparadas para reforzar la postura de disuasión en caso necesario».

La Casa Blanca ha indicado que está trabajando en una ayuda militar adicional. Pero dado que esto requiere la aprobación del Congreso y que la Cámara de Representantes se encuentra en plena crisis política, es probable que lleve algún tiempo.

Esta ayuda militar equivale a «participar en la agresión contra nuestro pueblo», fue la reacción de Hamás, el partido gobernante en la Franja de Gaza, el domingo.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, que concedió numerosas entrevistas el domingo, informó de que había estadounidenses entre las víctimas de los ataques. Esta información fue confirmada el domingo por la noche por el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, quien, sin precisar el número de muertos, habló de «la muerte de varios ciudadanos estadounidenses».