Washington. El presidente de EE.UU., Barack Obama, amplió hoy su estrategia ante el brote de ébola en África Occidental al anunciar el envío de unos 3.000 militares para dar apoyo logístico a las autoridades locales, y se comprometió a “movilizar al mundo” para frenar lo que considera una “amenaza global».
En un intento de liderar la respuesta global contra el ébola, Obama anunció la creación de un Mando de Fuerzas Conjuntas establecido en Monrovia (Liberia) que coordinará un contingente de unos 3.000 militares repartidos por la región afectada por la epidemia, que ha causado ya 2.400 muertos en África Occidental.
“Al enfrentar este brote, el mundo nos está mirando a nosotros, los Estados Unidos, y esa es una responsabilidad que asumimos. Estamos preparados para ese liderazgo, para proporcionar las capacidades que solo EE.UU. tiene, y movilizar al mundo como solo EE.UU. puede”, dijo Obama en un discurso desde Atlanta (Georgia).
Obama aseguró que el Pentágono es la agencia adecuada para apoyar su estrategia porque es “mejor” en la respuesta a catástrofes y epidemias “que ninguna otra organización sobre la Tierra”, y comparó el actual plan con el desplegado tras el terremoto de Haití en 2010, cuando EE.UU. llegó a tener 20.000 soldados en el país caribeño.
“En África Occidental, el ébola es una epidemia del tipo que no hemos visto antes, y se está descontrolando. Si no la detenemos ahora, podría haber cientos de miles más de infectados, con profundas implicaciones políticas, económicas y de seguridad para todos”, alertó Obama.
El mando dispuesto por Obama en Monrovia estará dirigido por el jefe de la división para África del Ejército estadounidense, el teniente general Darryl A. Williams, que hoy llegó a Liberia para coordinar el despliegue del resto de militares, que se producirá a lo largo de las próximas dos semanas.
Ninguno de los 3.000 militares proporcionará cuidados médicos a pacientes de ébola, sino que se encargarán de tareas logísticas, de ingeniería y de coordinar el traslado de suministros, además de crear un centro para formar a unos 500 profesionales de la salud a la semana en la región, según la Casa Blanca.
Los militares crearán además un “puente aéreo” para llevar expertos en salud y suministros médicos a la región y pondrán en marcha 17 centros de tratamiento en Liberia, cada uno con capacidad de 100 camas, además de aportar equipos de emergencia básicos para 400.000 hogares liberianos.
Una parte “sustancial” de los 3.000 militares estarán desplegados en una nueva base que se encargará de organizar la logística para la operación desde Senegal, un país que no está afectado por el ébola, según explicó hoy el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Con la estrategia anunciada hoy, llamada Operación Asistencia Unida, Obama quiere perfilarse como líder global en el combate al ébola, que ha causado 2.400 muertes y 4.784 casos en África Occidental, a pesar de que, según afirmó hoy, las probabilidades de un brote de ébola en EE.UU. son “extremadamente bajas».
“El mundo tiene la responsabilidad de actuar, de dar un paso adelante y hacer más”, indicó Obama. “Más naciones tienen que contribuir con personal experimentado, suministros y fondos que se necesitan, y tienen que entregar rápido lo que prometan”, agregó.
La ONU calculó hoy que se necesitan 1.000 millones de dólares para poner bajo control la epidemia de ébola en África Occidental, diez veces más de lo que había calculado hace un mes.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó la semana pasada que se necesitan entre 500 y 600 profesionales extranjeros en los países afectados por la expansión de la enfermedad, y al menos 10 centros de tratamiento de ébola.
Obama también instó hoy al Congreso a aprobar 88 millones de dólares más en fondos para la lucha contra el ébola, mientras el Pentágono busca reubicar hasta 500 millones de dólares en fondos de contingencia para esta misión.
El mandatario hizo sus declaraciones desde la sede de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que ha enviado a alrededor de 100 expertos a los países afectados. Obama también se reunió hoy en la Casa Blanca con uno de los cuatro estadounidenses que contrajeron el ébola, el médico Kent Brantly, que ya se ha curado y hoy testificó ante un comité del Senado sobre la epidemia de la que fue testigo en Liberia.
“Si no hacemos algo para detener este brote ahora, puede convertirse rápidamente en un problema de seguridad nacional de EE.UU., ya sea por una guerra regional que dé ventaja en África Occidental a grupos terroristas como Boko Haram o por la difusión de la enfermedad a Estados Unidos”, alertó Brantly.