Estados Unidos violenta el distanciamiento militar con China

Estados Unidos violenta el distanciamiento militar con China

Cada día son más los que se preguntan, y preocupan, sobre una eventual confrontación militar entre Estados Unidos y China. Es tal la retórica violenta anti china que profusamente vierten tanto Trump como Pompeo, responsabilizando a China de cualquier maldad que se les ocurra, desde su muy profusa imaginación, que pareciera prácticamente inevitable que se llegue a la confrontación militar.

Obviamente, las consecuencias serían tan letales y destructivas que es difícil imaginar que una obsesión electoral o hegemónica llegue tan lejos. Es racional pensar eso, pero estamos ante una administración con escasa racionalidad, si alguna.

China ha sido escogida como justificación para mostrar determinación y valentía de “cowboy” frente a una ficticia crisis al borde del choque directo.

El pasado 3 de agosto advertía en esta columna que el “mundo necesita que China demuestre mucha sangre fría porque es de temer que la angustia electoral de un candidato, en alocada carrera por mostrarse “duro” con China, provoque un roce militar estando la nación bajo la influencia de una brutal campaña anti china, lo que pondría a Beijing ante un dilema: no responder adecuadamente puede envalentonar, y dar la respuesta adecuada puede agravar la situación”.

Tanto la tendencia de las encuestas como los hechos justifican la preocupación: hay creciente actividad de buques y aviones de guerra tanto en el mar del sur de China como en el de China Oriental; medios chinos denunciaron crecientes maniobras de reconocimiento.

Analistas señalan tres escenas de gran riesgo: frecuentes irrupciones de buques estadounidenses en aguas de islas en disputas, con otras naciones, que han sido “expulsadas e interceptadas”; frecuentes operaciones de reconocimiento aéreo poniendo en alerta a las fuerzas chinas y aunque ambos realizan simulacros que profesionalmente monitorizan, el peligro aumenta cuando no se “mantiene la distancia”.

Recientemente desplazaron dos portaviones en cercanías de zona de maniobras chinas para «enviar una señal clara a nuestros socios y aliados de que estamos comprometidos con la seguridad regional y la estabilidad».

China lanzó dos misiles balísticos al mar del Sur de China como advertencia a EEUU que inmediatamente se sintió ofendido y lo consideró “una provocación” mientras que para el periódico South China Morning Post se trata de «una respuesta de China a los riesgos que conllevan las cada vez más frecuentes visitas de buques y aviones militares de EEUU”.

El Ministerio de Defensa chino denunció el 25 de agosto que un avión de reconocimiento U2 penetró en zona restringida y lo calificó igualmente de “provocación”, alertando sobre eventuales “malentendidos” e incidentes “en el mar o el aire”.

La fuerza naval china, llamada “Flota del Dragón”, es colosal; tiene solo dos portaviones, de momento, pero un sistema de misiles calificados de “asesinos de portaviones”. El mar del Sur de China es más peligroso que el Estrecho de Taiwán, trasiego de un tercio del comercio global y rico en petróleo, gas y bancos de pesca. Baña las costas de China pero se encuentra a más de 13 mil kilómetros de EEUU. Puede no haber planes de guerra pero con tanta pólvora en el mar basta una chispa.

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