WASHINGTON, (EFE).- Millones de estadounidenses se embarcaron ayer en una frenética carrera de compras en el primer día de la temporada navideña en EEUU, uno de los más lucrativos para las tiendas que, no obstante, notarán la sombra de un mal año económico.
Los analistas y asociaciones empresariales ya lo advirtieron hace meses- con la crisis inmobiliaria y el endurecimiento de las condiciones para obtener créditos, los consumidores se ven obligados a vigilar su cartera y a ser más prudentes en sus compras.
Ante los obstáculos económicos que afrontan los estadounidenses, la Federación de Nacional de Comercios Minoristas (NRF) ha preferido ser conservadora en sus cálculos y ha fijado en el 4 por ciento el incremento de ventas previsto para toda la temporada navideña.
Los estadounidenses se gastarán así unos 474.500 millones de dólares en aparatos electrónicos, joyas, ropa, juguetes y otros regalos en lo que dura la temporada.
Si se cumplen los cálculos de NRF, el 2007 sería el año de ventas navideñas más débil desde 2002, cuando el aumento de la facturación fue del 1,3 por ciento. También se quedaría por debajo del 4,8 por ciento de aumento registrado en los últimos diez años como media.
Las ventas de hoy serán un barómetro clave, pues este día se conoce como viernes negro, por ser tradicionalmente el día en que los comercios abandonan los números rojos y empiezan a ganar dinero.
Muchos estadounidenses se han olvidado por un día de sus preocupaciones y se han lanzado a la caza de auténticas gangas, un día después de la celebración de familia del día de Acción de Gracias.
Y no es para menos, porque las tiendas se han esforzado al máximo para atraer a los cerca de 133 millones de consumidores que se calcula pasarán hoy por los 49.000 centros comerciales de Estados Unidos. Con villancicos, decoración navideña y dulces, las tiendas han logrado sumergir a los consumidores en una nostalgia que anima las ventas y llena las cajas registradoras.
Muchos compradores se despertaron con el primer rayo de luz, dispuestos a gastarse unos 500 dólares de media.
Pero hubo otros muchos que ni siquiera se acostaron, con el firme propósito de hacer cola delante de las tiendas y de ser los primeros en hacerse con un determinado producto. Muchas familias se repartieron por distintos establecimientos para conseguir cuanto antes los regalos deseados. Entre las gangas estaban las últimas muñecas Barbie y consolas Nintendo Wii a precio de saldo.