Estadounidenses frustrados con empantanamiento legislativo

Estadounidenses frustrados con empantanamiento legislativo

CHICAGO, (AP).-  Ante el atascamiento político surgido en el Congreso — esta vez ante la posible extensión por dos meses de una exención fiscal temporal y los beneficios para desempleados de larga duración — los estadounidenses se preguntan si sus legisladores podrán entenderse algún día.

En todo el país, gente de formación, ingresos e ideas políticas diferentes coinciden en que están enojados y asqueados con la politiquería de Washington después que la Cámara de Representantes rechazara prolongar por dos meses la exención fiscal aprobada por el Senado, para tomarse a continuación un mes de vacaciones ambas cámaras.

De no haber cambios para el 1 de enero, el impuesto de la Seguridad Social subirá unos 20 dólares a la semana, 1.000 dólares al año, para los que ganen 50.000 dólares anuales, y hasta 82 dólares por semana, 4.272 al año, para las parejas de elevados ingresos. Y unos 6 millones de personas podrían perder las beneficios por desempleo de larga duración, 99 semanas, en lugar de las 26 que estipula la ley, además de ser reducidos un 27% los pagos a los médicos que tratan a los pacientes del Medicare, el seguro de salud de los jubilados.

El miércoles, el presidente Barack Obama pidió a los líderes del Congreso que regresen a Washington para aprobar la extensión de dos meses antes de fin de años, con la promesa de que será negociada después la extensión temporal de un año. Los líderes de ambas cámaras sostienen que desean la vuelta de los representantes del otro partido, aunque no concuerdan en si debería ser reconciliada la propuesta de prolongar 2 meses la exención o un año. Mientras tanto, el aumento fiscal ocurriría en un mal momento para algunas personas afectadas ya por la caída en el precio de los bienes raíces, y en algunos casos, un aumento de los impuestos estatales.

Algunos consumidores piensan gastar menos en bienes no esenciales, como acudir a los restaurantes. Y otros sostienen que están dispuestos a pagar más impuestos para reducir el déficit presupuestario. Empero, casi todos concordaron en que la rivalidad bipartidista y la resolución de las crisis en el último momento son fenómenos que cansan. «Parece que desean postergar todo hasta el último momento y ver entonces cómo solucionarlo», comentó David Kaiser, investigador del Dade College, en Miami, para quien un aumento fiscal no le afectaría en gran manera. Kaiser quisiera trasmitir a los legisladores la advertencia de que «no los contrataron para esto».

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