Diecisiete de los arrestados, incluido la presunta autora material, por el atentado que el domingo dejó seis muertos y 81 heridos en Estambul han sido enviados hoy a prisión preventiva, mientras que otros 29 serán deportados a sus países, aunque no se han informado sobre su nacionalidad.
La agencia oficialista Anadolu señala que un total de 49 detenidos fueron interrogados por la Fiscalía y luego puestos a disposición del juez, que ha decretado esas medidas.
Otros tres sospechosos seguirán bajo vigilancia judicial y otros dos están aún siendo interrogados.
Todos los enviados a prisión provisional están acusados de cargos como «destruir la unidad e integridad del Estado», «homicidio premeditado» o «colaboración en asesinato».
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La ciudadana siria Ahlam Albashir, acusada de haber colocado la bomba en la céntrica calle Istikal de Estambul, ha declarado que recibió la orden de viajar a la metrópolis turca por parte de la milicia kurda de Siria YPG, pero sin informarle del motivo, y dijo que amenazaron con dañar a su familia si no hacía, señala Anadolu.
También declaró que estuvo haciendo turismo por zona del atentado tres veces y que no sabía que había una bomba en la bolsa que le dieron para que colocara en la calle.
El día del atentado tomó un taxi al centro con otro de los sospechosos, aún en busca y captura, y luego se sentó en un banco de la calle Istikal donde espero 40 minutos, hasta que recibió una llamada en la que se le indicó que dejara la bolsa y abandonara el lugar.
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Turquía considera a la YPG como una banda terrorista, pero Estados Unidos ha apoyado a ese grupo ya que es un aliado en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico en Siria.