El país se prepara para dentro de un mes, exactamente, abrir las puertas hacia una nueva experiencia electoral, la celebración de primarias, abiertas y cerradas, para elegir los candidatos a miles de puestos electorales para los comicios de febrero y mayo del año que viene. Participarán los dos partidos más votados en las elecciones nacionales de 2016, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Revolucionario Moderno (PRM). La sociedad en general y el sistema de partidos en particular esperan que la experiencia signifique, tal como lo señalan las autoridades electorales, un brinco positivo en la cultura política dominicana. Porque, además, es muy posible que el voto sea automático.
La jornada de las primarias simultáneas será una experiencia de cierta complejidad, porque envolverá elementos políticos, económicos, tecnológicos, de logística y organización, y el comportamiento electoral de los ciudadanos. El PLD, por ejemplo, irá a unas primarias abiertas, con la presentación de 6,710 precandidatos, y el PRM a unas primarias cerradas, con 4,717 precandidatos. El personal político y de gestión electoral desplegado en mesas y recintos sumará miles de hombres y mujeres. Las autoridades, hay que reconocerlo, se han empleado a fondo en la organización de este evento electoral. Y lo han hecho con entusiasmo y con la conciencia de que están a la puerta de una nueva etapa en la historia político-comicial de la República Dominicana. Debe consignarse, además, que el Gobierno Central ha correspondido, hasta ahora, con los fondos necesarios para un financiamiento que tiene un costo que supera los dos mil millones de pesos. Falta ahora el rol determinante de los partidos políticos, de sus dirigentes, y de los ciudadanos y ciudadanas que deberán concurrir el seis de octubre a las urnas para escoger a los precandidatos de sus partidos que buscarán ser escogidos para correr para las alcaldías, diputaciones, direcciones municipales, regidurías, senadurías y para la Presidencia de la República.
Las primarias, abiertas y cerradas, son medios de elección –no exentos de controversias- que procuran romper la ley de hierro predominante en algunas organizaciones partidarias. Esta ley ha socavado y disminuido la democracia interna de no pocos partidos, razón por la que con la nueva Ley de Partidos se ha recurrido a una fórmula que permita mayor participación de los ciudadanos en la escogencia de los candidatos a cargos electivos. Ojalá que así sea.