Estamos completos

Estamos completos

El inolvidable Freddy Beras Goico trajo de El Seibo a uno de sus compadres a quien apodaban Completo y lo puso a trabajar en El Gordo de la Semana, el más exitoso programa de variedades que se ha producido en el país que se convirtió en el toque de queda de los domingos.

Completo pasaba desapercibido para la mayoría, especialmente para los televidentes. Era un personaje de los alrededores del escenario. Ayudaba aquí y ayudaba allá. El compadre Freddy le dio vida a este hombre cuyo sobrenombre, cuyo apodo, era una de esas burlas que se crean en los alrededores de los barrios o en los pueblos pequeños, donde todos se conocen.

Por eso motejaron como “Chele Viejo” a un muchachito que desde niño tenía un rostro que parecía tan usado como un centavo que había rodado por todos los rincones. Y así fue conocido hasta más allá del olvido de su muerte.

Lo mismo pasó con Completo: era de un caminar dificultoso, más que cojo, bizco, chiquito, inquieto. En una palabra: estaba completo, no tenía nada como debía ser.

Ante lo que uno ve, lee y se entera, hay que convenir en que estamos completos, como Completo el compadre del inolvidable amigo Freddy. Por todas partes el barco hace agua, pero sobrevivimos, como decía el higüeyano Marino Castillo, porque Dios es grande y el aire es gratis.

Cualquier estudioso extranjero, que viniera a estudiar la institucionalidad en nuestro país, podría concluir, perfectamente, que vivimos bajo un régimen de derecho en el cual se respeta escrupulosamente la separación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Por eso digo que estamos completos.

Tenemos un Presidente que ocupa el Poder Ejecutivo, tenemos un Congreso dividido en dos Cámaras, Diputados y Senado de la República, tenemos el Poder Judicial organizado de tal modo que dividido en tres se ocupa del orden y control de los asuntos Electorales (Tribunal Superior Electoral), de la Suprema Corte de Justicia donde se dirimen los asuntos relacionados con los crímenes y delitos y el Tribunal Superior Constitucional, que sirven de contrapeso a los posibles desaguisados que se comentan en los dos otros Tribunales.

Para controlar la ejecución del Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos, tenemos la Cámara de Cuentas cuyas auditorías descubren la comisión de mil y una diabluras en el manejo y destino de los fondos públicos, pero el Senado apaña y el Procurador General de la República actúa de manera poco convincente en la persecución de la corrupción y robo y saqueo del erario.

El país, a los ojos del investigador extranjero, es una democracia que opera con todos los mecanismos legales y constitucionales, pero estamos como el compadre Completo.

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