¿Estamos preparados?

¿Estamos preparados?

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Las diferencias entre cristianos, católicos y no católicos. ¿A qué se deben? A formas de adorar a Dios cuestionadas por católicos a la luz de las escrituras bíblicas.

El papado actuaba de manera tal que cristianos católicos decidieron separarse de la iglesia de Roma para actuar conforme a las escrituras bíblicas. Eso no se ha podido reconciliar.

Judíos, palestinos, árabes, musulmanes seguidores de distintas ramas mahometanas quieren los unos la desaparición de los otros. Ello, pese a los sufrimientos de unos y otros pueblos, a lo largo de la historia.

¿Es que los odios y las diferencias son tan profundos? ¿Es que los pueblos, colocan sus odios ante sus ojos y todo lo ven con esos anteojos?

Desde siempre hay diferencias que nos llevan al odio, a la guerra, al intento de eliminación de nuestros adversarios, de nuestros enemigos.

Pero ¿cómo se enemista la gente; cómo se enemistan los pueblos?

Las guerras de conquista, las diferencias religiosas, la explotación de recursos naturales, son algunas de las causas principales de la animadversión entre los pueblos.

Los dominicanos, que somos iguales a los otros pueblos, actuamos de manera similar a la de los avestruces los cuales, según la conseja, ocultan la cabeza cuando se acerca el peligro.

Como no somos diferentes a cualquier otro país tenemos problemas comunes: pobreza, desempleo, falta de educación, deficientes sistemas de salud pública y, en especial, falta de oportunidades y la conocida e inmisericorde explotación del hombre por el hombre.

La última condición es la que permite la introducción de braceros haitianos para cortar la caña, traídos por compañías norteamericanas para pagar bajísimos salarios y obtener pingües beneficios con el azúcar.

El número de haitianos creció en el país, en mayor proporción del de dominicanos que emigró, desde siempre, en busca de mejoría de vida.

Tan pronto se abrieron las puertas del país, luego de la feliz decapitación de la tiranía de Trujillo, el dominicano comenzó a emigrar de manera masiva.

Actualmente nadie sabe cuántos dominicanos residen en el extranjero: Puerto Rico, Venezuela, Estados Unidos, España, Francia, Italia, Holanda, Alemania y muchos otros países.

En Asís estaba mi hija cuando un cura de la catedral de allí le comentó: ¿Dominicana? Nosotros también votamos por la Miss Italia, nacida en Santo Domingo, como muestra de la diversidad étnica que vive hoy la península.

Aquí todos nos alegramos de que la delgadísima y aparentemente alta joven, de pelo crespo y pinta de criolla, ganara la corona de Miss Italia.

Ahora hay una joven de Villa Duarte que fue elegida diputada en Italia, por su lucha a favor de los de abajo y de los inmigrantes. Aplausos para esa dominicanísima.

Alex Rodríguez, nacido y criado en Nueva York, el pelotero mejor pagado de la historia, hijo de padres dominicanos dice que es “tan dominicano como el plátano”, de eso estamos orgullosos.

Pero ¿estamos preparados para que un haitiano sea diputado al Congreso Nacional?

¿Cuándo se presentará una estatuaria joven esculpida en ébano, de origen haitiano o nacida en Haití, al concurso Miss República Dominicana? ¿Lo soportaríamos?

No debemos tener una vara para que nos midan y medir con otra vara. Esto, sin dejar de sostener que los haitianos están bien en su país y que aquí no tenemos nada para repartir. Al contrario, andamos buscando para nosotros.

Pero el problema está ahí y todos nos hacemos los pendejos. Así no debe ser.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas