Las telas estampadas dibujaban la figura de una mujer que mostraba una actitud desafiante y a la vez temerosa para enfrentar el reto que le imponía la moda en aquellos aguerridos años 20.
Esas temporadas de verano constituyeron un escape para el logro de resonados éxitos en la forma de vestir.
Las sombrillas para cubrirse del sol se llevaban a juego con el vestido y las faldas dejaban las piernas al aire. El pantalón femenino apareció al igual que esas dos piezas, gracias a la genialidad de una mujer con visión de futuro, como Gabrielle -Coco- Chanel.