La noche de vela, los billeteros, el chinero, los chicharrones de Villa Mella y muchas otras costumbres dominicanas atraparon la sensibilidad y talento del escultor autodidacta Leo Theuwissen, un hombre nacido en Bélgica pero que hace más de 40 años escogió ser dominicano, y se ha aprovechado de la bondad del barro para perpetuar escenas típicas, que se dan en cualquier rincón del país.
Los temas que salen de las manos creativas de este artista reflejan en la exposición titulada Una Figura, Una Postura, Una Cultura su gran admiración por costumbres y expresiones culturales de su pueblo dominicano.
La muestra, que se exhibe en las instalaciones de Madé, está compuesta por 40 piezas, en terracota: unas tridimensionales y otras en semirelieve.
Con las manos en el barro. Leo Theuwissen cuenta que lo que más le motivó a trabajar con barro fue la plasticidad de este material, el barro que lo tienen como un material ordinario de la alfarería dominicana se puede usar para hacer obras realmente maravillosas, explica Theuwissen.
Cuenta que hace unos cinco años, cuando se pensionó como educador, se dedicó a recrear en barro imágenes de la idiosincrasia dominicana que tenía guardadas en el banco de su memoria. Me llamaban mucho la atención ver, por ejemplo, un baquiní (velorio de niño), o unas señoras limpiando arroz y todo eso me parecía tan interesante, manifestó. Los temas tratados en esta exposición fueron visualizados por él en varios rincones del país.
Flechado por RD. Llegó al país en una misión de la Iglesia Católica para trabajar en proyectos sociales de salud y educación. Y aunque su verdadera profesión es maestro, cuenta que en su familia las diferentes manifestaciones del arte fueron siempre estimuladas.
Conoció el barro mientras laboraba en el Centro de Rehabilitación, gracias a Arturo Pérez Gaviñón, quien hacia tarros de barro para recaudar fondos. Y fue ahí donde surgió su romance con este noble material.
De las figuras que elaboró una de las que más le gustaron fue la fiesta de palo.
La frase
Leo Theuwissen
Descubrí que con barro se puede hacer de todo y me salían escenas que han sensibilizado, aunque me parece que la generalidad de la gente de aquí le parece ordinario, la gente como que desprecia lo antiguo y la cultura de sus viejos.