Están fuera de alimentarse bien

Están fuera de alimentarse bien

La alimentación deficiente que en República Dominicana afecta a cerca de un millón de habitantes, según acreditado estudio respaldado por la ONU, reafirma la angustia de muchas familias sometidas a la pobreza del salario, que aquí incluye uno de los ocho ingresos mínimos más bajos de Latinoamérica. Más de un 50% de la economía nacional corresponde a la informalidad generadora de subempleos y de marginación de beneficios sociales propios del sector formal más productivo y que está en minoría. Es lo mismo que decir que la mayoría de las personas económicamente activas está atada a ocupaciones de bajo rendimiento para “subvivir”. Predominan los niveles educativos inferiores y la falta de calificación para oficios bien remunerados.

Las estadísticas de consumo de productos agropecuarios y de importación disponibles llevan a suponer que un importante sector poblacional carece de poder adquisitivo para adquirirlos satisfactoriamente. Leche y otros productos lácteos, carnes blanca y roja y huevos no llegan a ser de asidua presencia en mesas de familias con ingresos que no cubren el costo de la canasta imprescindible. La desigualdad social sigue siendo aguda. República Dominicana es un espacio de 48 mil kilómetros cuadrados en el que el espectáculo de la abundancia de unos contrasta con los cinturones de miseria habitados por no pocas mujeres y niños que padecen anemia.

Amputaciones que avergüenzan

Los daños causados por la diabetes a las extremidades inferiores conducen con frecuencia a amputaciones de pies. Siete a la semana, en promedio, en el hospital Salvador Gautier, algo que el director de ese centro, doctor Jorge Chahín Herrera, considera motivo de tragedia y vergüenza porque ocurre mayormente en personas en condición de pobreza que acuden a ese centro que, para desgracia de pacientes que no tienen otro opción, carece de una unidad especializada para tratar la enfermedad. Dotar a ese establecimiento del recurso básico que permitiría brindar una atención efectiva a enfermos en riesgo de perder extremidades debería ser una prioridad del Sistema Nacional de Salud. Un sector poblacional de muy bajo nivel social hallaría soluciones a sus problemas de salud si el hospital Gautier es rescatado de las precariedades que desdicen de su pasado.

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