Gideon Rachman
Durante los últimos dos años el mundo ha experimentado su más profunda crisis económica desde los años 30. Pero, a pesar de los temores de muchos expertos, no ha habido un mayor brote de proteccionismo. La globalización, la mega tendencia política y económica de las pasadas tres décadas, sigue todavía firme en su lugar.

No obstante, cuando Barack Obama, presidente de E.U., visitó recientemente La India,  alertó a sus invitados de que el debate sobre la globalización se había reabierto en occidente. Las razones para esto son obvias. El mundo occidental ha salido de la Gran Recesión en mucho peor forma que las potencias emergentes.

En E.U., el desempleo está todavía rondando cerca de un 10%. La Unión Europea se enfrenta con una crisis de deuda soberana e intranquilidad social. Los poderes occidentales pueden sentirse que están perdiendo fortaleza económica y política, en relación al mundo emergente. Los americanos y europeos están cada vez más a disgusto con el “nuevo orden mundial” que emergió después del final de la guerra fría. Como consecuencia, una reacción contra la globalización se está formando, y es posible que crezca en fortaleza.

 “La globalización” involucra la erosión de las barreras nacionales para el libre flujo de bienes, capital y personas. Ese proceso se ha acelerado durante los pasados 30 años, como el comercio internacional, la inversión transfronteriza y la migración, se han disparado. Pero la presión para reimponer las barreras en las tres áreas está ahora creciendo en las economías avanzadas.

La reacción contra la inmigración es particularmente visible en Europa. En Gran Bretaña, la nueva alianza gubernamental ha prometido reducir el número de inmigrantes desde cientos de miles al año hasta decenas de miles. Los bancos internacionales y compañías multinacionales ya se están quejando de que sus negocios están siendo gravemente afectados.

El año pasado los partidos anti-inmigración han obtenido grandes avances en los Países Bajos y en Suiza, y un libro que critica los efectos culturales de la inmigración se ha convertido en un enorme bestseller en Alemania. En E.U. el movimiento del Partido Conservador Popular ha incrementado la presión para tomar medidas enérgicas sobre la inmigración ilegal desde México.

La regulación de los movimientos de capital también se está moviendo en la agenda internacional entre las conversaciones sobre una “guerra global de divisas”. Así como los mayores poderes del mundo buscan su salida del problema económico, así han crecido las tensiones. América se queja de que China está deliberadamente subvaluando su divisa para mantener un vasto superávit comercial que está contribuyendo al desempleo de E.U.

 China afirma que E.U. está imprimiendo dinero en un esfuerzo por bajar el dólar. Los cuestionamientos sobre el futuro del euro han aumentado el espectro de que los controles de capital un día tienen que ser reimpuestos dentro de Europa, como parte del intento gestionado para fragmentar la moneda única.

A un nivel menor, pero práctico, algunos mercados emergentes, más notablemente Brasil, impusieron controles sobre los ingresos de “dinero caliente” el año pasado, con el propósito de prevenir que sus monedas fueran empujadas sin remedio a niveles poco competitivos. Ya que es improbable un nuevo pacto global sobre las divisas en el 2011, esta tendencia es posible que cobre fuerza.

El suceso más vigilado, por supuesto, es la amenaza de proteccionismo comercial. Los del libre comercio podrían lograr cierto ánimo en el 2011, con el paso del convenio comercial E.U.-Corea del Sur. Pero la más importante relación comercial en el mundo es la que existe entre E.U. y China, las dos economías más grandes del mundo, y aquí los augurios son mucho menos prometedores.

El pasado septiembre, la Cámara de Representantes pasó un anteproyecto que permitiría a las compañías de E.U. la petición de que ciertos impuestos fueran cargados sobre los productos chinos en represalia por la política de divisas de China. El anteproyecto no puede convertirse en ley este año, pero cualquiera que sea el destino de las piezas particulares de la legislación, las condiciones generales para el crecimiento en el sentimiento proteccionista son propensas a fortalecerse durante el curso del 2011.

 Los chinos muestran pocas señales de hacer que las concesiones sobre la divisas cambien las mentes americanas. El desempleo de E.U. permanece incorregiblemente alto. Y el proteccionismo, como una filosofía económica, está siendo gradualmente rehabilitado ya que los economistas principales cada vez más argumentan que los impuestos pueden ser una respuesta justificada a las políticas “mercantilistas”, por la cual China es acusada.

La globalización prosperó y se arraigó durante un periodo en que los mayores poderes mundiales estaban experimentando un fuerte crecimiento económico. Esta es amenazada por un nuevo mundo, en el cual los poderes emergentes están palpablemente haciéndolo mucho mejor que las economías establecidas en occidente.

La amenaza a la globalización crecerá a menos que haya una recuperación global coordinada. Gideon Rachman es autor de un nuevo libro sobre las políticas de globalización. “Un mundo de suma cero”.

Las claves

1.  Problemas

En E.U., el desempleo está todavía rondando cerca de un 10%. La Unión Europea se enfrenta con una crisis de deuda soberana e intranquilidad social.

2.  Anti-inmigrantes

En Gran Bretaña, la nueva alianza gubernamental ha prometido reducir el número de inmigrantes desde cientos de miles al año hasta decenas de miles. Los bancos y compañías multinacionales ya se están quejando de esto..

3.  Guerra de divisas

La regulación de los movimientos de capital también se está moviendo en la agenda internacional entre las conversaciones sobre una “guerra global de divisas”.

Latinoamérica brilla en encuesta de optimismo empresarial

Stanley Pignal

Los líderes empresariales de Japón y del sur de Europa son los más preocupados respecto el próximo año, según muestra una encuesta, que presenta a Latinoamérica como el lugar más prometedor para hacer negocios en el 2011.

El Reporte Internacional Empresarial, una encuesta anual de 11,000 propietarios de empresas privadas medianas y grandes en los 39 países compilados por Grant Thornton, el grupo contable, corona a Chile como el país donde las empresas están más optimistas con un 95% de los respondientes pronosticando crecimiento.

Globalmente, la cifra se sitúa en un 23%, por debajo por un 1% en relación al 2010, pero muy por encima del 16% certificado a consecuencia de la crisis financiera del 2009. Los líderes empresariales en La India, Brasil, los Emiratos Árabes y Alemania, están entre los más optimistas, deliberando puntajes de 75 o más.

Por contraste, Japón llega a 71, España a 50 y Grecia a 44. E.U., Francia e Italia tienen balances positivos pequeños, detrás de la China Continental en 42.

Regionalmente, Latinoamérica está en la cima con un 75% de balance, impulsado por Brasil, el cual está pronosticado a crecer alrededor de un 8% en el 2011, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional.

Ed Nusbam, jefe ejecutivo de Grant Thornton, dice que la adjudicación del 2014 de la Copa Mundial y de las Olimpiadas del 2016 para Brasil ha ayudado el sentimiento a lo largo del continente.

La cifra

95

Por ciento.  De los propietarios de empresas privadas medianas y grandes en los países compilados por Grant Thornton, creen que Chile es  donde hay  más optimismo.

América se queja de que China está deliberadamente subvaluando su divisa para mantener un vasto superávit comercial que está contribuyendo al desempleo de E.U.
AFP