¿Estás a gusto con el espejo?

¿Estás a gusto con el espejo?

Cuesta creer que nunca podremos ver con nuestros propios ojos una parte que nos identifica tanto como nuestro rostro. ¿Te has preguntado para qué la naturaleza nos puso en esta situación? Usamos nuestros ojos para mirarnos y reconocernos.

Podemos vernos las manos, los pies, el ombligo y muchas otras partes, pero así como nuestra cara, hay partes de nosotros que nunca nos hemos visto sin un espejo. Estas partes están ocultas a nuestra propia mirada.

Del mismo modo, en nuestra personalidad (nuestra manera de ser en el mundo) hay aspectos ocultos a nuestra percepción, y para verlos también necesitamos de un espejo: las relaciones. La creación eligió que podamos vernos en el otro. De este modo, la mirada de los demás me muestra lo que mis ojos no pueden ver.

La precisión de lo reflejado depende de la calidad del espejo y de la distancia desde donde me mire. Cuanto más preciso sea el espejo, más detallada y fiel será la imagen. Cuanto más cerca esté para mirar mi imagen reflejada, más clara será mi percepción de mí mismo. El mejor, el más preciso y cruel de los espejos, es la relación de pareja.

En la pareja, cada uno, llega con al menos 14 acompañantes que corresponden a las 7 parejas que nos dieron genealógicamente origen . Hay que ver que les ocurrió, que se les negó, que injusticia vivieron. Que forma parte de ellos que no se le ha podido dar lugar. Por ejemplo, si el abuelo tuvo dos familias, el sistema lo muestra a él contento y a la abuela triste

Muchas historias tristes de nuestros predecesores hicieron que salieran rápido de la pareja, para no vivir por más tiempo su dolor y su difícil suerte difícil. Sin embargo, todo lo que es, tiene derecho a ser, y alguien más mostrará lo que no se ha podido ver en el sistema familiar.

Muchas veces, la pareja es una pretensión de sanar juntos lo que individualmente no hemos podido sanar en el sistema de la propia familia. Por eso, en la pareja no hay malos o buenos. Solo personas que buscan desesperadamente aliviar su dolor y preservar su dignidad para seguir el viaje del alma.

El escritor inglés William Blake dice: “Detrás de toda pena y añoranza, hay una luminosa alegría envuelta en seda”. Todos somos fruto de una pareja. Ella nos muestra cual es el viaje que hace nuestra alma. Estar en pareja ayuda a nuestro crecimiento personal. A ser mejores personas, a conocernos más.

La relación suma. La pareja no nos salva de nada. Muchas personas buscan pareja como medio para resolver sus problemas. Creen que una relación íntima los va a curar de sus angustias, de su aburrimiento, de su falta de sentido. Esperan que una pareja llene sus huecos.

Cuando elijimos a alguien como pareja con estas expectativas, inevitablemente terminamos odiando a la persona que no nos da lo que esperaábamos. El amor sano esresolver mi propia vida sin esperar que nadie lo haga por mí, renunciando a intentar resolverle la vida al otro.

Pensar que el amor nos salvará, que resolverá todos nuestros problemas y nos proporcionará un continuo estado de dicha o seguridad, solo nos mantiene atascados en fantasías e ilusiones y debilita el auténtico poder del amor, que es transformarnos.

En vez de buscar refugio en una relación, podríamos aceptar su poder de despertarnos en aquellas zonas en que estamos dormidos, y donde evitamos el contacto desnudo y directo con la vida. La pareja tiene el poder para ponernos en movimiento hacia adelante mostrándonos con claridad en qué aspecto debemos crecer.

La propuesta es encontrar a otro para hacer un proyecto juntos, para pasarla bien, para crecer, para divertirnos, y servir al Gran Espíritu que nos creó. La pareja es espiritual. Está tomada por el deseo de la vida y el deseo del espíritu de ir hacia más, de perpetuarse.

Generalmente, cuando vamos en una dirección diferente a la profundidad del alma nos duele mucho. El buen amor es poder ver a los demás y ver sus dificultades y aquello que les lleva más allá de sus deseos, sabiendo que la vida siempre está adelante.

La travesíadel alma incluye tres movimientos:

1-Reconocer nuestras heridas, cuidarlas y sanarlas:

Todos hemos sufrido malos tratos, descuidos, abusos, pérdidas, irrespetos, desprecio. Algunas heridas son biográficas (lo que yo hago), y otras son del sistema (secretos, muertes, exclusiones, etc). Muchas personas usan sus heridas para justificar sus desgracias, y como el cuerpo recuerda, en él se mostrará nuestro recorrido.

2- Reconocer nuestros dones:

Los dones son préstamos que la vida nos hace que a veces vienen envueltos en el ropaje de nuestros padres, abuelos, ancestros, etc. Son un legado ancestral y divino de talentos, recursos, y capacidades que nos facilitan el viaje.

3- Asumir los retos:

Es la llamada del viaje del héroe. Una enfermedad, una traición, una rotura del corazón que nos obliga a regresar a nosotros mismos en busca de recursos. Cada logro, cada cumbre de montaña que alcanzamos nos trae el descenso. Los retos son maneras de fortalecernos, así que irán en la misma proporción al tamaño de la tarea.

Un curso de milagros dice que nos hemos detenido momentáneamente para encontrarnos unos a otros, para conocernos, amarnos y compartir. Este precioso y transitorio momento es un pequeño paréntesis en la eternidad. Si compartimos con cariño, alegría y amor, crearemos abundancia y alegría en todos. Entonces este momento habrá valido el esfuerzo.

 

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