En su tercera y última revisión del año, el FMI mantuvo en 3.2% el crecimiento global para 2024, por mejora en demanda interna y exportaciones en China e India, prevé crecerán 5% y 7%, respectivamente. Redujo su pronóstico a 2.6% para Estados Unidos, subió a 0.9% la eurozona, rebajo a 1.9% Latinoamérica y el Caribe, en parte por el impacto a corto plazo de las inundaciones.
Nuestro Banco Central pronostica que este año cerramos con una de las expansiones más altas de América Latina, alrededor de 5.0%, con razón se apoya en los siguientes hechos.
Uno, excepto países dolarizados, República Dominicana tiene la inflación más baja en América Latina y Caribe (ranking elaborado por Bloomberg línea), como resultado de política fiscal y monetaria implementadas durante los últimos dos años. En junio, la tasa interanual fue de 3.46%, en torno al límite inferior del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %.
Dos, el PIB real creció muy cerca de su potencial, 4.9%, en enero-mayo, no obstante, la Reserva Federal de EE.UU. y Banco Central Europeo mantener sus respectivas tasas de interés elevadas, el encarecimiento de las materias primas y de los costos de transporte en contenedores.
Tres, el crecimiento del PIB real lo explica la contribución del consumo de familias e inversión empresas privadas, incluyendo empresas de capital extranjero, como dijo el presidente Abinader el pasado jueves, la inversión extranjera directa supero US$4,000 millones en 2023, y para este año se proyecta en US$4,500 millones.
Por el gasto de familias y de las empresas privadas fue que no se frenó la creación de empleo, el ritmo de ejecución del gasto de capital se mantuvo en 0.8% del PIB, igual que enero-mayo 2023, debe acelerarse para romper el ciclo de baja inversión pública y cerrar el año por encima de 2% del PIB.
Y cuatro, el Banco Central tomó en consideración evolución del mercado laboral, y de su análisis extrajo que nuestro crecimiento económico ha sido intensivo en empleo, por ejemplo, el PIB real creció 4.9% en enero-mayo y el empleo lo hizo en 3.6% (172,443 en valores absolutos) en enero-marzo 2024, descendiendo dos décimas la tasa de desempleo, de 5.6% a 5.4%, aunque la población económica activa aumento en 177,601 personas, bastante más que la población en edad de trabajar (128,103) en enero-marzo 2024 comparado con enero-marzo 2023. El 94.6 % de la población activa estuvo ocupada y 5.4% desocupada abierto en enero-marzo 2024, como dije los primeros aumentaron en 172,443 personas y apenas en 5,158 personas los desocupados.
Respecto a la calidad del empleo creado (172,443), los formales aumentaron en 130,189 personas, tres veces más que los informales, estos se incrementaron en 42,254 personas.
Como el mercado laboral opera sin obstáculo visible, se puede pronosticar que mantendrá la tendencia descrita por las estadísticas analizadas, por lo que este año, nuevamente, tendremos un crecimiento intensivo en empleo. Si como lo pronostica nuestro Banco Central el PIB real crece 5%, los ocupados aumentan en alrededor de 178,000 personas, de los cuales tres cuartas partes empleos formales y el resto informales. El total de ocupados pasaría de 4,952,942 en 2023 a 5,131,248 en 2024, y la tasa de desempleo bajaría de 5.4% porque la población activa aumentaría menos que los empleos. Los riesgos siguen siendo externos, el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, cita “fragmentación geoeconómica de políticas industriales y comerciales”, agrego yo, que tienden a ralentizar el comercio mundial.