Este es el momento de aprender a vivir con menos

Este es el momento de aprender a vivir con menos

Marien Aristy Capitán

El tiempo, en estos días, parece sobrar. La prisa se desvaneció,de repente, cual si nunca hubiese existido. Todo ha cambiado, de golpe, y nosha obligado a replantearnos el orden de todas las cosas. ¿De verdad merecía lapena agitarse por teneres y bienes que hoy no sirven para nada?

El Covid-19 nos ha igualado bastante. Como hijos de la incertidumbre,la mayoría de nosotros se pregunta qué sucederá después del encierro: ¿cuántomás subirá el dólar? ¿Cuántos empleos se habrán perdido y, sobre todo, cuántasmanos solidarias necesitaremos dar o recibir? El panorama es incierto inclusopara los que más tienen y ven que sus ganancias no serán las mismas que ayer:todos, al final, habremos perdido algo.

Lo único que el coronavirus no podrá arrebatarnos es lo quesomos. Por ello, estamos obligados a hacer de nosotros nuestra mejor versión.El encierro, en lugar de amargarnos, debe servirnos para prepararnos y convertiresta experiencia en una oportunidad para crecer y mejorar.

Estos días son únicos para acercarnos a nuestras familias oparejas, en caso de tenerlas, aprovechando cada minuto que estamos juntos paraafianzar esa relación. En caso de estar solos es, sin lugar a dudas, la mejoroportunidad para descubrir si nos basta con nosotros mismos o ha llegado elmomento de compartir nuestros espacios.

Las últimas semanas han sido un gran aprendizaje. Nos han enseñadoa descubrir que hay mil cosas que no necesitamos para vivir: lo superfluo, enestos instantes, está de más. Hoy por hoy, cuando ya tenemos claro que podemosprescindir de mucho, todos tenemos muy claro que lo único importante es la salud.Más allá de ahí están los afectos y nada más. Vivamos, por tanto, con muchomenos.

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