Dicen que la tradición de ponerse ropa interior roja la última noche del año viene de la Edad Media y que trae buena suerte, por esta gran razón: en Nochevieja, ¡que no falte una lencería en este color!
En esa época, este color se asociaba con el demonio, la brujería y la sangre, llegando a prohibirse en las prendas de vestir y hasta en el consumo de alimentos como los pimientos y tomates. Poco a poco, y en pleno invierno, cuando todo era blanco y sin color, la gente asoció el rojo a la vida y a la buena suerte, pues ponía una nota de color a la dura estación. Como estaba prohibido vestir de ese color, el rojo se empezó a llevar por dentro, en la ropa interior.
Hoy día, este color se asocia a la pasión, y un reciente estudio viene a confirmar aún más esta relación, ya que concluyó que las mujeres que se visten con ropa interior roja se logran excitar más y pueden tener orgasmos más rápido y más fácil. Investigadores creen que este color ayudaría a mejorar la impotencia sexual en los hombres.