En estos días en que los dominicanos atónitos, sorprendidos por la tragedia, no escapan de su espanto. Donde personas de otros países y regiones se solidarizan con nuestro dolor, conviene destacar que, ese hecho lamentable y triste golpeó la conciencia nacional, lastimó las fibras más íntimas de nuestras emociones, nos demostró la fragilidad de nuestra existencia.
Cientos de personas acompañados de familiares, amigos, compañeros de labores, se unían a compartir una noche que tenía todas las características del gozo. Y, es que, para disfrutar de un buen momento, apartarse por unas horas del trabajo, obligaciones, compromisos, es sinónimo de libertad, de sentirse a gusto, de satisfacer momentos postergados.
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Nuestro pueblo es alegre, trabajador, entusiasta, divertido y le gusta compartir con los suyos. La demostración más convincente nos la ofreció lo diverso y a la vez cercano de las personas que allí compartían: banqueros, empresarios, médicos, ingenieros, deportistas, artistas, abogados, militares, empleados, estudiantes. Una mezcla tan variada como la esencia misma del dominicano.
Los familiares de los que allí compartían no salen del asombro. Nuestro pueblo comprendió y se solidarizó con lo ocurrido en este trágico evento. Rescatistas, bomberos, médicos, forenses, voluntarios, junto a las máximas autoridades del COE, representadas en su dirección, realizaron acciones y dieron manifestaciones que nos dejaron perplejos y asombrados. Destacar, además, el trabajo profesional y respetuoso de la prensa nacional.
La situación no era para quedarse en lamentaciones o cruzarse de brazos, se requería de la acción inmediata, comprometida, responsable, por los que bajo esos escombros se negaban a marcharse sin hacer un último esfuerzo.
¡Como olvidar a Nelsy Cruz! Mujer destacada, con juventud y liderazgo, que no vaciló en llamar al presidente de la República solicitando de su intervención ante la tragedia. Ella, aún en esos terribles instantes, sacó fuerzas e hizo la llamada que de seguro permitió la rápida respuesta del Ejecutivo, logrando, sin lugar a duda, que se salvaran muchas vidas. Esa llamada activó de inmediato las altas esferas del poder, movilizando las instituciones, cuyo deber y compromiso es accionar, responder antes que nadie, ante situaciones similares.
Vaya nuestro más alto reconocimiento a todos los que allí manifestaron su entereza, compromiso en tan triste momento. Nuestra positiva valoración al general Méndez, por esas sentidas lágrimas que mostraron la parte humana de alguien sometido al máximo estrés y en algunos momentos a la impotencia por no poder hacer todo lo deseado.
Debemos, asimismo, reconocer la entereza del presidente Abinader, quien nos mostró una vez más su alma sensible y solidaria. También le agradecemos señor presidente sus lágrimas, ellas son parte de los mecanismos que tenemos los humanos para expresarnos, para descargar parte de nuestro dolor, sufrimiento o pena. El llanto muchas veces nos ayuda a liberar tensiones, a devolvernos la tranquilidad para seguir adelante.
Al expresidente Leonel Fernández, reconocer su trascendente análisis sobre la vulnerabilidad de la vida, que nos conduce a profundas reflexiones.
Los avances de la inteligencia artificial no nos pueden alejar del lado humano de nuestro existir. Ojalá podamos asegurar que a los robots que se vienen desarrollando le podamos inyectar una alta dosis de sensibilidad humana, la estabilidad de las futuras generaciones estaría más garantizada y segura.
Esta tragedia unió a los dominicanos. Las diferentes representaciones de los partidos políticos hacían
acto de solidaria presencia y expresaron su pesar. Las iglesias, gremios profesionales, sindicatos,
instituciones académicas, entre otros, mostraron su solidaridad. También la gente de a pie se manifestó.
Sugerencias:
- Ampliar los mecanismos de emergencia en todo el país.
- Dotarlos de las herramientas necesarias para una mejor y más rápida respuesta ante
desastres. - Procurar una asistencia oportuna a los afectados por esta y otras emergencias, que de seguro
se van a presentar. - A los congresistas: elaborar leyes que definan aspectos inherentes a la prevención y manejo
de desastres. - Las atenciones en salud mental resultan esenciales para restablecer la vida y labores de los
afectados por esta terrible tragedia. Es un reto, una necesidad una responsabilidad de todo el
sector.
Continuemos los esfuerzos para mejorar nuestra capacidad de respuesta. Que nadie lo dude, como
pueblo hemos dado una lección de solidaridad y esperanza. Sin lugar a duda: “Este material es bueno”.