Este y otros poemas

Este y otros poemas

Luis Scheker Ortiz

1.-HAY UN POETA EN EL MUNDO. Se escucha el clamoreo, ¡Oíd las voces!
Del campo a la ciudad, de la ciudad al c de Sur a Norte, de Este a Oeste.
¿De dónde vienen? ¡De todas partes!
Se incendian de goce los cañaverales.
(Hay un país en el mundo)

De rojo se visten los atardeceres.
(Amen de las Mariposas)

Se encrespan las aguas tranquilas del Caribe
(A ti, Submarino Intrépido)

Florecen sin cansancio las tiernas amapolas de mi pueblo.
(Cuando amaban las tierras comuneras)

Horas de angustia y desengaño le atormentan.
(Oriundo de la noche)

Se levanta con él otro gigante: Nosotros.
(Contra canto a Walt Whitman)

Entonces, el silencio, dice presencia
y se escucha la voz soberana del Poeta.

Aquí, Pedro Mir. Servidor de ustedes.
Sencillamente…

Puede leer: Recordando mi viejo San Carlos

2 . LA LLUVIA Y TU

La lluvia pertinaz golpea mis sentidos.
Desde algún remoto lugar como mil
misiles dispara gruesas gotas invisibles.

El viento tormentoso le acompaña,
gruñendo cual celoso Otelo con su
manto gris su rostro cubre.

La lluvia, potro desbocado, sin dejar
de ser querida, con cascos centellantes
hoya el suelo apisonado por la arcilla.

La tierra triste, humillada, vencida
abre sus pobres surcos sedientos
por heridas de miseria campesina.

No da tregua la lluvia, cae, castiga,
arrasa el suelo, fulmina sembradíos.
Deja marcadas huellas indelebles.

Con ruegos, al astro Sol irrumpe y
baja desde lo alto de los cielos con luz
y surca los maltratados hitos de la tierra.

Huérfana, sedienta de amarguras
así también quedó mi alma adolorida
después del huracán de tu partida.

3. EN UN RESTAURANT.

Esa mujer hermosa, sentada a mi vera
alardeando de su encanto no se cansa
de fumar, hablar, de contar tantas cosas
inútiles que hastían a su amable compañero
que apenas escucha.

Tolerante, el amigo la contempla.
Ni una sola mirada fija en su rostro.
Ni un solo latido de su corazón se esparce.
Anonadado guarda silencio. Son dos amigos extraños que se aburren.

Resignado en su soledad él pide la cuenta.
Apenas un primer bocado ha probado.
Ella su copa de vino no ha degustado.

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