Esterilizadas a la fuerza por tener VIH

Esterilizadas a la fuerza por tener VIH

Washington. A Francisca le robaron su sueño de tener una familia grande. Los médicos chilenos la esterilizaron sin su consentimiento tras dar luz a su primer y único hijo, un caso que han sufrido otras mujeres con VIH en el país suramericano.

Quince años después, esta madre chilena sigue pidiendo que se haga justicia y hoy llevó su caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington.

“Me pregunto por qué me mutilaron. Aquí me ven bien, pero por dentro prácticamente me sacaron mi vida”, dijo en una audiencia que durante los 20 minutos de su testimonio fue a puerta cerrada para preservar su intimidad.

Durante años Francisca no supo que lo que le habían hecho era ilegal, hasta que conoció la organización Vivo Positivo y le explicaron que no hay ningún supuesto en el que la esterilización pueda hacerse sin consultar a la mujer.

“Y tú te sentís totalmente vacía, porque cuesta mucho sacarse el estigma de que te dicen que eres una mala madre, pero yo veo a mi hijo sano, nunca se ha enfermado, entonces no entiendo por qué siempre me criticaron, por qué no me dejaron decidir a mí, por que no me trataron como gente normal”, relata.

La matrona que la atendió cuando iba a dar a luz no paraba de repetirle que “era una inconsciente”, “que en qué condiciones iba a tener ese hijo”, “que lo iba a dejar huérfano”, “que era mejor que abortara”.

“Y yo con miedo, escuchando esas cosas, con miedo a que mi hijo tuviera el virus. Con miedo a morir”, confiesa.

Francisca siempre quiso ser una madre joven y tener una familia grande, pero no la dejaron si quiera disfrutar del embarazo y el parto de su primer y único hijo.

“Cuando el médico entró en la sala, les dijo a todos que tuvieran cuidado porque tenía VIH. Todos estaban tan protegidos que no parecían médicos, sino astronautas”, narra.

Fue la misma matrona que la había acosado con insultos antes del parto la que le dijo después que la habían esterilizado y que ya no podía tener más hijos.